Capítulo sexto

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Agradable reunión

Sahily estaba en la puerta de Idril, el palacio del reino de Lemuria. Se llamaba Lemuria en honor a la primera civilización sobre la faz de la tierra, así lo habían deseado en su entonces. Estaba despampanante con un vestido dorado que caía de forma delicada y sensual, pero eran sus rasgos tan marcados lo que hacía que pareciera una persona temible.  Su tez blanca y sus cabellos dorados tirando a blanco delataban el origen real de ella. Lo único que desentonaba en ella era una marca en la muñeca derecha de color rosa. Era una mancha de nacimiento, la cual tenía una forma similar a la del fuego. Sus ojos amarillos y ambar se centraron en la muchacha que acababa de llegar con un vestido blanco.

Querida Claire Sonrió de lado Dime, a qué se debe el honor.

Se debe a que el hijo de Lilith Puso una mueca de asco que intentó reprimir, a lo que Sahily respondió con un intento de reprimir una carcajada me ha atacado en mi entrenamiento, junto con otros dos soldados. Frunció el ceño su oyente mientras se volvía más pálida de lo que ya era.

¿Ha-Has dicho... Lilith? Preguntó retoricamente Sahily. Miró a ambos lados, la tomó del brazo y la acercó a ella caminando hacia dentro del palacio. Claire, ¿estás segura de lo que estás diciendo? dijo ahora susurrando para que nadie la oyera más que ella.

Sahily, si ese bárbaro no hubiera osado tocar mi grácil cuerpo con su aborrecible espada, no hubiera venido yo misma a decirlo. Todo esto lo dijo con una mueca de repugnancia en sus labios.

Está bien, cuéntame cómo ha pasado Claire. Iban adentrándose en un largo pasillo de mármol blanco que sólo tenía como decoración la alfombra turquesa que tenían bajo sus pies. Esta llevaba a todos los rincones del palacio. A cada lado del ancho pasillo había puertas de vez en cuando, otras más extravagantes que otras, aunque todas ellas de colores pasteles.

No hay mucho que contar, estaba por empezar a entrenar en el descampado, sentí el repugnante olor, y no pasó mucho rato hasta que aparecieron dos soldados de Lilith y su hijo, quien me preguntó qué hacía allí, no le contesté y comenzamos a luchar espada a espada, pero uno de los cobardes soldados se asustó me pegó un tiro y desaparecieron después de eso. Ese cabrón me debe una pelea digna. Dijo enfurecida Claire en el mismo tono de susurro que llevaban desde hacía rato. Sahily abrió una de las puertas de la izquierda, que llevaba a un salón grande en el cual había un gran ventanal y nada más. Sólo estaban ellas dos.

Claire, sabes que no es digno de alguien como tú hacer algo así princesa. Dijo ahora en voz más normal. Pero esto es grave. Athan nunca debería haberte atacado. Ahora Sahily fue a una de las paredes de la habitación la tocó haciendo con los dedos el dibujo de un rectángulo. Dentro del mismo dibujó ahora una escalera. Sube, vamos a arreglar esto. Ambas entraron en el dibujo de la pared y subieron las blancas escaleras. No muchos escalones más arriba se encontraba una puerta negra. La visión de la habitación anterior se cerró dejando sólo la opción de ir hacia esa puerta. Sahily abrió la puerta y con un paso temible aparecieron en un balcón que daba a un mar azul profundo con un cielo estrellado. Había una mesa ornamentada negra y tres sillas a juego con cojines bordó. La puerta desapareció sustituida en su lugar por otra sala que posiblemente fuera una biblioteca. Siéntate. En breve vendrá Lilith.

Claire estaba al borde del ataque de pánico, no podía creer que fuera a ver a la mismísma Lilith. Esto no iba a ser ningún placer. Se sentó como mandaba y esperó enmudecida. Efectivamente, no tardó en llegar una mujer y se sentó.

Alpha (En espera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora