Capítulo seis:

1.6K 336 12
                                    

Capítulo seis:

Empiezo a jadear porque me falta aire. Tengo miedo y parezco tan débil, es como si alguien me estuviera apretando con mucha fuerza la garganta, Sven me mira preocupado para luego treparme en su hombro y subir a su casa.

—¿Có…Cómo? —logro articular.

Él niega con la cabeza.

—No lo sé—murmura con una mueca.

Cierro los ojos tratando de tranquilizarme. Johnnason me quiere muerta. ¡Dios mío!

Cuando me tranquilice empecé a pensar. ¿Qué podría hacer? Johnnason se enteró de que estoy aquí. Me quiere muerta. Quiere mi maldita cabeza. ¿Y si decide matar a mi hermano? Empiezo a respirar con fuerza y luego me acarició las sienes.

—Lo siento—masculla Sven, triste.

Niego con la cabeza. No es bueno que se eche la culpa por no poder lograr que Johnnason no se entere.

—No importa—murmuro y me esfuerzo en que no me tiemble la voz.

Él asiente, después se sienta a mi lado en su cama. Suspiro.

¿Qué está haciendo Daniel en este momento?

Seguramente llorando.

Niego con la cabeza para repetirme una y otra vez que Daniel está bien. Lo que hago casi todos los días. Casi un mes aquí pero por lo menos no estoy muerte. ¿Rompí récord? No lo sé, no sé cuánto tiempo los cazadores sobrevivieron en este bosque. ¿Cuánto duraron los cazadores antes de ser asesinados por los sousses?

Debería dejarles de decir “animales asquerosos” y decirles por sus nombres: “Sousses”

Sven se removió incómodo para luego apoyarse más en mí. Frunzo el ceño.

Su madre era una humana, su padre era un sousse. ¿Qué hacía cuando decía que iba a ver a su madre? Caminar, seguramente aburrido de ayudar a encontrar a mi hermano y tal vez sabe que jamás lo encontraremos.

Deja de ser negativa, me digo.

¿Dónde estás Daniel? Pienso. De hecho, la pregunta tendría que ser: ¿Cómo estás Daniel?

—Sven—lo llamo lentamente.

Él me mira, sus ojos rojos por cansancio. Siento un poco de pena por él. Ayudar a un desconocido no es fácil y sobre todo a mí.

—¿Me podrías contar sobre tus padres? —pregunto nerviosa y tímida—Claro, si quieres.

Una pequeña sonrisa se asoma en su rostro.

—Bueno, no me molesta—empieza calmándome.

Suspiro aliviada, tuve miedo de parecer ridícula y que a él no le gustase que pregunte sobre sus padres.

Sonrío.

—Ellos, eran…, bueno—tartamudeo—, increíbles. Me ayudaban en casi todo, papá siempre trabajaba con Johnnason y mamá me explicaba mucho sobre fuera del bosque, era humana, como te dije.

Asiento con la cabeza y sonrío torcidamente.

—No tuve hermanos, los mataron antes de que tuvieran otro hijo. Papá se iba por las noches conmigo para cazar, a mamá no le molestaba eso e incluso nos despedía—cuenta con una sonrisa pegada en su rostro.

Sonrío también, suena lindo pero una imagen quiere cambiar mis pensamientos acerca de los sousses: Mamá y papá muertos, aquel animal mirándome a los ojos, gritos histéricos.

You.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora