Capitulo 5

20 0 0
                                    



Bueno, me acabo de enterar que no puede haber coito, así que voy a tener que improvisar y hacer todo más family friendly, porque tampoco quiero que Koshtar se quede en la quiebra y baneado de Twitch por siempre.

Así que, si quieren una versión Lemon, la voy a subir al wattpad algún día de mi vida, como spinoff, si me acuerdo o se me canta la verga.

Besis

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Ya los dos estaban de camino a casa. Kishtar conducía un poco más lento de lo normal, sólo para pasar más tiempo a solas con su santafecino amado. No estaba 100% concentrado en la carretera, lo cual no era lo más seguro. Miradas furtivas, risitas bobas, y una que otra caricia en la rodilla, así se podían resumir los primero 10 minutos de viaje. Se internaron en el centro de Monterey, para dar un par de vuelta, así Santi conocía un poco. El argentino sonrió por el detalle, pero, mentalmente sólo quería llegar a casa, acostarse y morir, con Kishtar, pero morir. Santiago miró por la ventanilla del auto, leyendo en voz alta algunos carteles.

"Piscinas el chico piscina"

"Cafetería Reina Roja"

Entre otras boludeces, nada importante, ya que, Santi, tenía a su lado a la atracción principal. Lo miró pícaramente, Kishtar estaba prestando, con mucho esfuerzo, atención a la carretera. Miró por el rabillo del ojo.

-¿Qué ocurre? –Dijo el peruano, un poco avergonzado.

Santi rió levemente.

-A vos. –sonrió de costado.

El corazón de Kishtar latía como un tambor, no, no sólo como un tambor.... Como un tambor, un redoblante, un par de bongos y toda una batería, y quizás hasta eso se quedaba corto. Intentó contener su risita de adolescente hormonada, pero, un travieso "jiji" se escapó de sus labios. Santi acarició su rodilla, y así comenzaron a charlar de cosas, cualquier cosa. Hasta qué...

-Y, claro, pero lo que quiero decir es... -Kishtar estaba terminando de explicar algo, un tema tedioso, al cual estaban debatiendo hace aproximadamente uno 23 minutos. Empezó a escuchar la respiración de Santi algo pesada, lo miró, estaba dormido. Aún faltaba confirmar si estaba profundamente dormido.

Roncó.

Lo estaba.

Kishtar sonrió, es obvio que Santi estaría cansado, un viaje tan largo le debió dejar el culo plano (pero atractivo). Kish estaba feliz, rebosante de alegría. Todo el cansancio que sintió alguna vez desapareció con ese abrazo, con esas miradas y ese manoseo inocente. Estaba enamorado, y quizás nunca dejó de estarlo. Empezó a fantasear, cosas tiernas, como caminatas por la playa, paseos en bicicleta, tomar helado, adoptar a un africano y criar chanchos en una humilde granja, todo esto juntos. Junto a su amado Santi. Pero volvió la espina, eso no sería por siempre. En unos días, Santi se iría.

-No pienses en eso. –musitó Kish para él mismo. Y tenía razón, la fiesta gay no había hecho más que comenzar. Tenían mucho que vivir estos días, tenían que formar muchos lindos recuerdos. Pero, también, Kishtar tendría que fortalecer su corazón para decir adiós, una vez más.

Siguió conduciendo, aún faltaba un largo trecho para llegar a casa, y para colmo tenía que comprar algo para comer. ¿Se acuerdan de que Kishtar no había comido un choto? Bueno ahora tenía más hambre que maestro de escuela, y con amor el hambre no se va, señores.


Kishtar la adolescente hormonadaWhere stories live. Discover now