Capítulo 01

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«estaré justo a tu lado»

Domingo, 30 de octubre de 2011.

Justin's Point Of View

Mi pecho subía y bajaba violentamente, mi respiración era peligrosamente rápida y mi mente estaba en todos lados. Subí las escaleras corriendo en dirección al baño. Me miré al espejo y apenas me pude reconocer.

Mi cara estaba cubierta en casi su totalidad por una mezcla de sangre, pequeños trozos de carne y grasa. Miré mis manos y mi camisa, y no era nada distinto. Oh Dios, ¿qué había hecho?

Entre a la ducha con desesperación y salí cuando estaba completamente limpio de esa mierda.

Volví a aquel lugar donde todo había ocurrido en tan sólo unos diez minutos, me dieron ganas de quitarme la vida en ese momento. Lo había matado. Era mi mejor amigo.... y había muerto a manos mías. No conforme con eso, había quedado desfigurado debido a las agresivad mordidas en sus mejillas y el resto de su cara causada por mis dientes.

Quise vomitar, de hecho, lo hice.

Los vecinos al igual que mis padres estaban de viaje, así que nadie pudo haber escuchado nuestra acalorada pelea que terminó en esta tragedia.

Mentiría si dijera que recuerdo cada detalle, ni siquiera puedo recordar cuando me le fui encima.

Todo viene en flashes y ecos cada vez más pertubadores, y los gritos que me clamaban para que me detuviese si bien los ignoré en mi acto atroz, ahora amenazaban con llevarme a la locura.

Tomé las llaves de mi auto, unos mil dólares, mi abrigo y salí de ahí en la obscuridad de la noche.

Fueron unos 70 km de trayecto hasta que dí con una cabaña abandonada en medio de un bosque. No sabía donde estaba. No había señales por el lugar.

Forcé la puerta y entré. No había luz, y parecía que nadie había estado ahí en un gran tiempo debido a la cantidad de polvo en el aire en cuanto la puerta se abrió.

Dejé las llaves y el dinero en el bolsillo de mi abrigo y me senté en el sofá. Mis rodillas estaban pegadas a mi pecho mientras abrazaba mis piernas fuertemente, me balanceaba de atrás hacia adelante pensando en lo que había sucedido.

Nada sería igual, y era lo único que me quedaba claro en ese momento.

[...]

Para cuando amaneció ya estaba más calmado. Sin embargo, mi corazón nunca más encontraría la paz. Me daba asco de mí mismo, no sabía como había hecho eso.

Aquellas imágenes de Will yaciendo en el piso sobre un charco de sangre y con la cara parcialmente comida jamás se me borrarán de la mente.

Jamás podría regresar a St. Claire, tendría que cambiar mi nombre e irme del país. Incluso debía cambiar mi apariencia. No quería que me encarcelaran. Por Dios, tengo diecisiete años, una vida por delante que arruiné en una noche. No me entregaría puesto a que ellos no me escucharían, yo no quise hacer eso y nadie jamás lo entendería.

Tampoco podía quedarme en aquella cabaña por mucho más. Tomé mi abrigo y me lo puse, el frío era infernal ya que estábamos a medio invierno. Encendí mi auto y me largué del lugar.

Pensé en mis padres... estaban en una conferencia en su trabajo, y nunca más los volvería a ver. Si tan sólo pudiese hacer algo para que no se enterasen de lo sucedido...

Flashback

—¿Ya has terminado tu tarea, cariño?— Dijo mi madre entrando a mi habitación con una bandeja de galletas en sus manos. Sabía que algo bueno había sucedido ya que sólo hace ese tipo de galletas para ocasiones especiales.

—No, mamá— Suspiré algo frustrado. Estábamos en época de exámenes, y no era una situación fácil.

—Escucha... tengo algo importante que decirte— Me volví hacia ella, prestando atención a lo que tenía que decirme. —. Hoy en la mañana recibimos una llamada.

—¿Y?— La invité a seguir hablando. 

—¡Has entrado a Harvard!— Una sonrisa enorme seformó en sus labios, emocionado, me incorporé de mi asiento y la abracé, levantándola por los aires.

—No... no sé que decir. Te prometo que no te defraudaré.

—No necesitas prometer nada; tu nunca me defraudarías, hijo— Me jaló hacia ella para otro abrazo. —. Ahora, trata de terminar eso antes de las seis, ¡esto hay que celebrarlo!


Tiempo Presente


Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas en tanto recordé eso. Entraría a aquella universidad en un par de meses, y volvería a St. Claire en unos años convertido en abogado.

Quería que mis padres llorarán de orgullo, no de decepción y desengaño.

Me llené de ira en aquel instante. Pasé de la tristeza y el arrepentimiento a la furia e ira en tiempo récord. Estacioné en medio de la carretera, golpeando mis puños contra el volante.

Salí del vehículo, estaba realmente helado afuera, pero no me importaba. Golpeé múltiples veces una llanta, y finalmente di un grito con todas las fuerzas que tenía.

Me quedé sentado ahí, sin prestar atención a todos los peligros a los que me exponía.

Después de lo que parecieron unos cuarenta y cinco minutos, volví a manejar.


[...]


Tras un largo camino de 48 horas donde tuve que ocultar mi rostro de cualquiera que se cruzara en mi camino, llegué a Miami.

Al parecer nadie había encontrado el cuerpo de Will aún, ya que ningún medio había informado sobre ello.

A pesar de eso, no podía hospedarme en un hotel. Tarde o temprano descubrirían lo sucedido y mi nombre y foto estarían por todo el país.

Era lunes y las calles estaban muy llenas a pesar del clima, el cual no era muy favorable. Sentí la necesidad de salir de mi coche, no podía estar ahí para siempre y mi condición de claustrofóbico no ayudaba mucho.

Caminé y caminé hasta dar con una plaza bastante sola, no había más de diez personas y era bastante grande.

Me senté en uno de los bancos... y lloré. Lloré como niño pequeño. Diría que era otro cambio repentino de humor pero en serio necesitaba hacerlo.

Era increíble como todo había cambiado tan de pronto. La gente pasaba, algunos me miraban extrañados, pero nadie se detuvo y me preguntó que me sucedía. A la gente no le importa, nunca les importó.

Empezó a llover, aquello parecía un diluvio fundiéndose con mis lágrimas y dejándome cada vez más solo. Una débil y tierna voz hizo que alzara mi vista.

—¿Qué te sucede?— Preguntó la castaña con ojos esmeralda que denotaban preocupación. —¿Estás bien?

Bipolar© {#1 The Bipolar Series}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora