Capítulo 12

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-¿Quién era esa mujer? ¿Qué es ese papel?- dijo la rubia fuera de sí dentro del carruaje.

-Yo... no estoy segura- sus manos temblaban imposibilitando la tarea de leer el mensaje, por lo que le tendió la nota a su amiga que sin dudarlo la tomo.

-Lady Lowelace, le aconsejo que mantenga sus ojos abiertos y fortalezca su mente. ¿Ha escuchado que pagan justos por pecadores? Pues usted mi estimada señorita no es tan justa e inocente y le aseguro que lo que suceda lo tendrá más que ganado. Felicidades por su compromiso, disfrútelo mientras pueda- leyó Sophia gesticulando molesta mientras avanzaba en el contenido.

-Me están amenazando Sophia- comenzaba a sentir una nauseas terribles y repentinamente el aire dentro del coche le era cada vez más escaso.

-Tranquila podremos en sobreaviso a tu hermano y prometido, mientras tu padre se digna en aparecer, ellos harán algo- Sophia estaba evidentemente molesta tanto que su mano arrugaba en papel sin darse cuenta.

-Yo no he hecho nada a nadie- dijo abatida, intentando pensar en una razón por la que alguien pudiera odiarla.

-Te creo, quizá esa persona desea asustar a tu padre o hermano incluso a Lord Granby, todo es posible- comenzó a enumerar haciendo cuentas de las porbabilidades.

-No lo comprendo- por más que intentaba no encontraba una razón y dudaba hacerlo.

-Lo que quieren es sembrar terror en ti y los tuyos. Esta noche cuando vayas al absurdo baile que organiza mi madre quiero que lleves tu mejor vestido y sonrisa, no demuestres miedo- sentenció la rubia con decisión y cambiando su anterior molestia por una sonrisa tranquilizadora.

Dominik ingresó al casi desierto lugar, seguido de cerca por su amigo, dirigiéndose directamente hacia el mesón de bebidas al no ver la rubia cabellera de su dama revoleando por todo el lugar.

-Disculpe señor ¿Sabe dónde está Amber?- el delgado hombre giro a verlo al escuchar su voz con mirada inquisitiva, quizá por el hecho que jamás llegará a plena luz del día o porque su contacto se limitará solo a la camarera.

-Regresará pronto ¿quiero tomar algo mientras?- ofreció amable.

El negó con la cabeza y volvió a su lugar junto a su amigo que parecía bastante aburrido y miraba su reloj cada tanto sabía que James tenía sus propias responsabilidades al ser el conde, así como estaba al tanto de la terrible soledad que albergaba su enorme casa, siendo su única compañía su abuela materna.

-¿Qué? ¿Se fugó con otro?- cuestionó en tono divertido, obviamente burlándose de él.

-Salió- se limitó a contestar haciendo gala de su autocontrol, lo cierto es que comenzaba a molestarse por el constante desprecio con el que el castaño se refería a Amber.

James asintió volviendo a su actitud naturalmente seria, comprendiendo que Dominik se había molestado ante su comentario. Estaba seguro que esa mujer solo jugaba con su amigo, debía admitir que era buena actriz y que lo había embaucado magistralmente, cosa que no le sorprendía así eran todas.

-¿Dominik?- el aludido giro su por entero su cuerpo para quedar de cara a la rubia que jadeaba.

-¿Dónde estabas Amber?- pregunto Dominik con el ceño fruncido. Ella lucia alterada, parecía haber corrido y su cabello estaba atado en un moño que amenazaba con caerse.

-¿Me preguntas donde estaba? Eso debería preguntar yo, no has venido en dos días ¿estabas con la linda señorita Lowelace?- escupió notoriamente molesta y podría jurar que celosa.

Complicando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora