Capitulo 4

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Charlotte se despertó esa mañana con el ánimo rejuvenecido, después de haberse literalmente desvanecido el día anterior en el jardín de su mejor amiga, el descanso recomendado por el doctor le sentó de maravilla. Se ganó una reprimenda por parte de su padre por ser, según él, una descuidada, pero pasar el resto de la tarde leyendo una de esas novelas que su madre le había prohibido y tener la excusa perfecta para no asistir al banquete de Lady Carlisle, lo compensaba con creces.

-Lady Lowelace, me alegro que este despierta, su padre solicito que me esmere en su peinado y escoja uno de sus mejores vestidos. Hoy tendrá una importante visita- dijo su doncella mientras corría las cortinas con tono cantarino.

-¿Sabes algo de esa visita?- pregunto curiosa Charlotte

-Milady, usted sabe que no debería decirle pero... el duque de Rutland ha venido dos veces esta semana  a ver a su padre y el ama de llaves escucho que hablaban sobre matrimonio- dijo insegura la doncella, con la vista clavada en los pies.

-Pero el duque está casado.Eso es imposible Lucie- Charlotte respiro tranquila al recordar ese importante detalle.

-Quizá alguno de sus hijos- dijo mientras buscaba el vestido adecuado.

Charlotte se limitó a asentir. Una sensación amarga se extendió por todo su pecho, con esas simples palabras el día ya no le sabia tan esplendido y el cansancio se volvió a instalar en su cuerpo. Su padre le había dado la opción de elegir a su esposo, pero ella notaba como iba poniéndose cada vez más ansioso y aprovechada cada oportunidad para insinuarle que el tiempo se le agotaba y que si no se apresuraba, él gustoso lo haría por ella.

Dominik bajó del coche detrás de su padre para ingresar a la imponente mansión de los Lowelace. Lord Rutland había insistido tanto en que fuera, que no tuvo otra opción que acompañarlo a su reunión.

-Dominik ¿No te sientes emocionado?- dijo su progenitor mientras eran guiados al estudio del duque.

-¿Por la reunión con el duque Beaufort?- pregunto confundido.

-Por tu inminente enlace, venimos a ultimar detalles para la petición de mano de Lady Lowelace- con esas simples palabras Lord Canivish logro que todo el color desapareciera del rostro de su heredero.

Después de haberse arreglado y tomar el desayuno en su habitación, Charlotte se dirigió al saloncito donde tenía costumbre de bordar junto a su madre a la misma hora todos los días. Aunque después de la información que su doncella le proporciono se sentía incapaz siquiera de enhebrar una aguja.

-Charlotte que bueno que estás aquí- dijo Stephany nerviosa, su habitual postura que emanaba seguridad y superioridad parecía bastante quebrantaba.

-Perdón por la tardanza madre, pero mi doncella se ha tomado más tiempo en mi aspecto de lo normal. La noto extraña ¿Qué sucede? ¿Está usted bien?- pregunto mientras se sentaba a su lado vacilante, pues no era común ver así a su madre.

-En la vida he cometido muchos errores hija- comenzó diciendo con tono pesaroso y con lágrimas amenazando por salir –cuando tenía poco más de diecisiete años mi padre le concedió mi mano al marqués de Worcester, en ese tiempo tu abuelo aún vivía, por ende tu padre no era duque. Yo estaba perdidamente enamorada de uno de los mozos de cuadra, él fue mi primer amor, llegue a considerar escaparme a Gretna Green con él, pero una semana antes que cometiera el que hubiese sido el peor error de mi vida, escuche accidentalmente una conversación con otro de los mozos, le relataba como planeaba fugarse conmigo, pero antes de partir dejaría una nota a mi padre explicándole la situación para que no armara un alboroto, así si el accedía a darle el dinero que solicitaba me llevaría de regreso sin que nadie se enterara y con mi reputación intacta- una solitaria lágrima cayo por el rostro de Lady Beaufort.

Complicando al amorWhere stories live. Discover now