Capítulo 2: El jefe diabólico

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Lena P.O.V

Después de llevar a Joey al zoo, los cuatro volvemos a mi casa para cenar. Como me imaginaba, Derek nos espera sentado en el sofá. No ha cambiado nada en estos cuatro años. Aunque ahora es algo más responsable, sigue siendo un rompecorazones sin novia fija ni intenciones de tenerla.

-          Llegáis tarde. – dice él señalando el Rolex que lleva en la muñeca.

-          Joey quería sacarse una foto con los loros. – le contesta Kevin sentándose a su lado en el sofá.

-          ¿Loros? – pregunta Dek extrañado.

-          Sí – le contesta Joey con su voz de pito. – Lena me dijo que me llevaría al zoo si no contaba nada del hospital.

Joey se da cuenta de lo que acaba de decir y se tapa la boca con ambas manos. Pero Derek lo ha oído todo.

-          Lena, creo que tienes que contarme algo. – dice él con voz divertida. Mierda, aun encima le hace gracia.

-          Dejémoslo en que Joey se tragó el anillo de compromiso de Charlie.

Derek nos mira sorprendido a los tres y, tras el asentimiento de Chris y Kev, empieza a reírse muchísimo, tanto que empieza a llorar de la risa. Los tres lo miramos con mala cara, esperando a que pare de reírse. Derek se seca las lágrimas y se calma. Coge a Joey y lo sienta en su regazo.

-          DiMaggio, cada día te superas más. Choca esas cinco – dice poniendo la mano delante de él para que la choque.

Joey lo hace y Derek sonríe satisfecho.

-          Venga, vamos a cenar, que el tío Al ya está en el comedor.

Los cinco nos vamos al comedor, donde nos espera mi padre mientras lee el periódico con la tranquilidad que lo caracteriza.

Para tener sesenta y cuatro años, mi padre todavía se conserva bastante bien. Su pelo, antes rubio, ahora es casi blanco, pero según Greta, eso le da un aspecto interesante. Todavía sigue trabajando, pese a que mis tías Abbie y Erin le sugieren retirarse para poder disfrutar un poco la vida, pero él hace oídos sordos.

Cuando mi padre nos ve, deja el periódico en el aparador y sonríe:

-          Buenas noches a todos. ¿Habéis tenido un buen día?

-          Podría haber ido mejor – comento sentándome a su lado. Él me mira con curiosidad – Mejor no preguntes.

Mi padre mira a Derek con cara de interrogación, pero éste solo niega en silencio y riéndose.

-          Bien, de acuerdo. Y tú Christopher, ¿cuándo has llegado? – pregunta para cambiar de tema.

-          Esta mañana señor. Tuve que ir a un par de reuniones antes de venir aquí por la tarde. – le contesta él sentándose a mi lado.

-          Entonces, ¿te mudas aquí definitivamente? – pregunta Derek con una mueca de desagrado.

-          Definitivamente – dice mientras me sonríe y me aprieta la mano con cariño por debajo de la mesa.

Derek suspira en alto y yo me río. En cuatro años no ha conseguido terminar de tragar a Chris, pero lo acepta por mí. Espero que algún día se lleven bien y Derek deje de verlo como el pervertidor de su prima, como lo llama habitualmente.

Todavía no hemos hablado sobre sus planes, pero espero hacerlo después de la cena. Tenemos que hablar de demasiadas cosas.

-          ¿Y ya sabes en qué departamento te han asignado? – pregunta Kevin sirviéndome un poco de pastel de carne.  

St. Peter College: GraduadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora