86. Suhail

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Estaba sola en la oficina de la directora. Ella salió al corredor al escuchar las risas y ordenó retirar los carteles y las fotocopias.
Me preguntó si tenía idea de quién era el responsable, pero no acusé a Jessica. No le iba a dar el gusto de verme débil.

—Me pareció curioso que te pusieras a corregir las faltas ortográficas de tus compañeros —dijo, un poco divertida.

Sonreí timida. Me sentía pequeñita frente a una mujer tan importante como la directora.

—Me gustan las palabras —dije—. Papá tiene libros de poesía.

A ella le gustó escuchar eso.

—Estoy buscando participantes para un concurso de deletreo —dijo, animada—. Tal vez te interese.

Lo pensé. Ya me molestaban por ser hippie y tener una mamá gay. Participar en un concurso de deletreo no era nada.

—Me encantaría —dije.

La directora asintió feliz y se retiró un momento para ir por papá. Porque lamentablemente no pude evitar que le quisiera contar todo.
Me sentí culpable. No quería preocupar a papá.

Me puse de pie y caminé hacia una vitrina repleta de trofeos que el colegio ganó compitiendo en deportes y pruebas de conocimiento... incluyendo deletreo.
Pero no quería ver los trofeos. Quería ver mi reflejo.
Mis ojos lucían llorosos y un poco hinchados. Suspiré. Me había prometido no llorar frente a nadie y fallé. Ya antes había soportado presión. Sin embargo, ver a Max querer hacer algo y no tener el valor fue... doloroso.

Le avergonzaba ser mi amigo. O mi vecino. O lo que sea que fuéramos nosotros.

También me había prometido no mostrarle a Max lo vulnerable que me siento cuando está él, pero es que... Ay, Max. ¿Por qué tuviste que ser tú entre todos?

—¿Todo bien? —me preguntó al directora cuando regresó.

—Eh... Sí. Eso creo.

—Luces más tranquila.

Me esforzaba en lucir más tranquila.

Papá venía detrás de la directora. Corrió a abrazarme en cuanto me vio.

—Lo siento tanto —dijo.

—Está bien —Me limpié otra lágrima. Lamento no haber sido más fuerte.

—No, Suhail —Papá me miró a los ojos—. No permitiré más. Faltarás unos días al colegio.

Me negué.

—Suhail —La directora me pidió tomar asiento y se sentó frente a mi. Intentaría hacerme ver mi error—. Admiro tu valentía pero esto nos supera. Tu mamá... es muy conocida.

—La actividad sobre Discriminación salió bien —dije, cogiendo valor —. Permítame organizar una sobre sexualidad.

—Suhail...

—Si me escondo me atacarán más, señora directora. Tengo que mostrarles que...

—Es demasiado presión para una niña —me interrumpió, preocupada y se dirigió a papá—. ¿O tú cómo lo ves, Bill?

—Ella es fuerte —dijo papá, mirándome con orgullo—. ¿Estás segura que puedes, princesa?

Asentí. —Se van a cansar de molestarme.

La directora suspiró. Sabía que diría que sí al tener el visto bueno de papá.

—También me quería disculpar contigo, Bill —Ella miró apenada a papá—. Los jóvenes pueden llegar a ser crueles.

Me alarmé. —¿También te molestaron? —le pregunté a papá y lo abracé.

—Estoy bien, princesa.

No había pensado en la posibilidad de que papá también fuera blanco de burlas. Qué tonta fui.

—Yo estaré bien —insistí—. Lo prometo.

Papá me abrazó más fuerte. Pero faltaba más que enfrentar. Mucho más.


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Ya estamos en los últimos capítulos de la etapa Pubertad de Max & Suhail. Sigue la Adolescencia :O

En fin... Me da gusto que muchos de ustedes también se animaran a leer La mala reputación de Andrea Evich (los que todavía no busquen la historia en mi perfil) :) Les va a encantar.

¡Feliz inicio de semana!
Nos leemos pronto ♡

Tati :)

Max & Suhail ©Where stories live. Discover now