02.

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Seguí a la maestra hasta la sala de castigo. Una vez que estuvimos dentro de ella, los quejidos del chico cesaron y fue reprendido nuevamente por la maestra Haneul.

Por otra parte, fui mandada a acomodar las credenciales de mis compañeros de grupo y también el papeleo. No fui capaz de poner algún tipo de objeción y cuando mencioné el hecho de que tenía una clase extra, la maestra Haneul dijo que podía justificarla por parte del servicio social.

Ten había sido obligado a limpiar la sala mientras que la maestra salía a almorzar.

Acomodé la primera montaña de archivos y solté un suspiro al ver los 3 abultados de papel que había en el escritorio principal. Iba a durar un buen rato acomodando todo, y el solo ver tanto papel me estaba irritando.

Por momentos el silencio era demasiado denso, pero por ratos escuchaba a Ten hacer ruido al mover las sillas y acomodar los libros de la mini biblioteca que había al fondo del lugar.

—¿Sabes? A veces pienso que la maestra Haneul tiene un odio personal hacia mi.

Voltee lentamente a verlo y lo encontré arriba de la escalera auxiliar acomodando algunos libros. Me regaló una sonrisa, misma que me recordó el apodo que le había puesto previamente y sonreí también.

¡Lo volví a hacer!

—Eres tan linda cuando sonríes. Lo digo enserio.– Dijo aquello y volteó a ver de nuevo hacia los libros.

Pude sentir el calor subir a mis mejillas y no sé si fue mi imaginación, pero sus orejas también estaban rojas.

Decidí ignorarlo y volví a mi trabajo. Se volvió un poco más ligero, la amargura que tenía en un principio no estaba.

Me podía acostumbrar a ese tipo de castigo.

Después de un rato, un estruendo se hizo presente en el silencio de la sala y voltee rápidamente hacia donde parecía estar el culpable del mismo.

Ten estaba en el piso, con varios libros encima de él y una mueca de dolor en su rostro.

Rápidamente corrí hacia donde él estaba y le quité varios libros de encima. Cuando empecé a hacerlo él me alejó y cubrió su rostro.

—Aléjate porfavor.– Su voz sonaba un poco nerviosa. El hecho de que me pidiera que me alejara no quitaba mi preocupación.– Estoy bien, lo juro. Solo aléjate un poco.

Me alejé como él me lo pidió, examinándolo. Tenía una herida en el codo, podía notar la sangre que empezaba a emanar a travez de la camisa blanca de su uniforme. Ignorando su queja previa, tomé su brazo. El soltó un pequeño pujido y empecé a subir la manga de la camisa.

— Dije que estoy bien.– Él hizo un puchero y yo toqué una parte inflamada de su brazo. Él se quejó y yo sonreí un poco. Definitivamente no estaba bien.

— Acabas de quejarte. ¿Eso es estar bien?.– Me paré de donde me encontraba hincada y corrí hacia mi mochila. De ella saqué unas banditas y regresé con Ten.

Sin decirle nada tomé su brazo y limpié la sangre que había con un pañuelo que siempre cargaba conmigo. Después puse una bandita en la herida.

Me sentí mal al ver el tamaño de la herida, sin embargo me tranquilicé al ver que no sangraba más.

Solté un suspiro y miré al chico. Él tenía la vista clavada en mi, pude deducirlo por qué tardó en reaccionar y cuando notó que lo miraba, apartó rápidamente la mirada. Su rostro se parecía al mío cuando estaba avergonzada de algo.

¿Habíamos cambiado de papeles acaso?

— Estas rojo.– Le sonreí y el cubrió su rostro.

— Lo sé. Por eso te dije que te alejaras.

Y lo hice. Si era la razón por la cual estaba así, haría lo que él pedía para que no lo estuviera.

— ¿No necesitas que vayamos a la enfermería?.– Me paré y él me miró por entremedio de sus dedos. Sus manos aún cubrían su cara.

— No, estoy bien.– Intentó pararse, pero tambaleó, por lo cual tuve que acercarme a él y sostenerlo.

— No estás bien.–Reí levemente y él se avergonzó.

Por alguna razón empezaba a sentirme más cómoda a su alrededor, en comparación de cuando me había encontrado con el, no tenía tanta pena. Claro, influía el hecho de que él no estaba bien.

Lo abracé por la cintura sin previo aviso y esto lo sorprendió. El pequeño brinquito que dio lo delató.

—Vamos a la enfermería. Empieza a caminar y por favor no seas terco. Estás mal, no trates de negarlo.– Hablé rápidamente y empecé a caminar. Él me abrazó por la espalda y me siguió el paso.

Ten pretendía esconder el dolor. Era algo grave al parecer, ya que al dar cada paso, se quejaba.

— Lo bueno de estar herido ¿sabes que es?.– Preguntó él y soltó un quejido, como múltiples veces antes. Negué con mi cabeza y él sonrió de lado, alcancé a notarlo.– Estas hablando más conmigo y creo que eso es bueno para acercarme a ti.

Él era muy sincero.

Seguimos nuestro camino a paso lento. Cuando estuvimos cerca de las escaleras para subir al segundo piso, el tomó mi mano y la entrelazo con sus dedos.

A pesar de que esto me desconcertó, lo ayude así a subir las escaleras.

Cuando llegamos a la enfermería el inmediatamente se acostó en una de las camillas. La enfermera lo examinó y salió de la sala, diciendo que volvería en un momento. Al parecer el alcohol se le había terminado.

— Tu mano es muy cálida.– Lo voltee a ver, previamente estaba leyendo unas recomendaciones que había en un marco de la pared.– Es suave y cálida. Como tú.

No dije nada. ¿Cómo reaccionar a eso?

— Estás volviendo a ser callada. No lo hagas. Me gusta escucharte hablar.

— ¿Hay algo que decir?.– Me crucé de brazos y el río.

— Yo tengo algo que decir. Me gustas.

Mi rostro ardió. Estoy segura de que mis mejillas en cuestión de segundos se transformaron en pequeños tomates. ¿Era una confesión? No lo sabía, solo las había visto en pocos programas de televisión y me parecía muy absurda la manera en la que las mostraban.

Si era una confesión, simplemente era la más directa que había visto o en todo caso, experimentado.

Pero se rió.

 ¿Se estaba riendo de mí?

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¿Se estaba riendo de mí?

¡Se estaba riendo de mí!

— Es broma. ¡Debiste ver tu cara! – Soltó una gran carcajada. Cuando se tranquilizó me miró serio y mostró sus dedos cruzados.– Nunca confíes en alguien que tiene cruzados sus dedos. No me gustas de esa manera.

Pero él dijo "no me gustas de esa manera" con los dedos cruzados.












•••

Les juro que lo que más me gusta de este fanfic, es que las reacciones de Ten, muchas veces quedan perfectas para la historia ;--; es muy lindo.

Gracias por leer, no pensé que iba a llegar a tener buena aceptación con este fanfic 💕🌞

Detention» TenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora