Odio Amarte... (Logan Henderson y tú)

Capítulo 21.

P.O.V. ____.

Llegamos a una tienda gigante ubicada en Beverly Hills. Parecía muy elegante.

- ¡Wow! Esto parece...

- ¿Una mansión?

- Exacto.

- Es una tienda muy grande y elegante.

- Y muy cara...- hice una mueca al mirar la etiqueta de una blusa. 75 dólares...

- Bien, ahora escoge 8 vestidos, 5 pares de tacones, 6 blusas, 5 pantalones, 4 sacos, 3 pares de botas, y 2 zapatillas deportivas, ah, y un antifaz. - dijo ella mirando su tableta y dejándome boquiabierta.

- Estás bromeando ¿cierto?

- Bien, si quieres toma 10 vestidos pero será todo.

Estaba en serio sorprendida, Adams debe ganar millones, eso saldría en una fortuna.

- Claro, gracias.- dije aún atónita.

Comencé viendo la ropa, probándomela, y por fin eligiéndola.
Miré a Elena, veía un lindo vestido negro durante un rato, cada que me giraba a verla ella estaba ahí.

- Es muy lindo.- le dije posándome a su lado.

- Sí-sí.- tartamudeó.

- ¿Por qué no lo compras?

- No puedo, no lo tengo permitido.

- Oh, ¡vamos! Te quedaría asombroso, sólo miralo. Imáginalo con unos tacones altos, un collar... Luciendo unas perfectas piernas.- dije mientras lo movía en círculos.

- No, puedo.

- Andaaaaa.

- Lo siento...

- Bien, entonces te lo daré.

- ¿Cómo?

- Dijiste que puedo elegir 10 vestidos ¿no? Pues quiero éste. Listo, resuelto, todo tuyo.

- Oh, yo... Muchas gracias.

- No hay de qué.

Al terminar de elegir la ropa y todo lo demás fuimos a pagar. Ni siquiera quise oír la cuenta ya que iba a ser muchísimo dinero y eso sólo me haría sentir como una aprovechada.

- Bien, la dejaremos en su casa-

- ¿Pueden dejarme donde me recogieron?- la interrumpí.

- Oh, claro. El sábado vendremos por usted a las 7:30 para ir al baile en donde se anunciará su compromiso oficialmente. La fiesta lleva por obligación antifaz, no lo olvide.

- No lo haría. No se preocupen.- sonreí.

P.O.V. Logan.

Me tumbé a su lado, pero ninguno de los dos habló, y para ser sincero, tampoco quería hacerlo.
Comenzaba a oscurecer, debían ser como las 8. Ambos nos vestimos sin decir una palabra. Al parecer ella tenía el mismo pensar: arruinamos años de amistad y recuerdos con ésto.

- Creo que debo volver al campamento.- dijo ella.

- Sí, creo que aún alcanzas a aparecer allá. Puedes decirles que te perdiste en el bosque, eres muy inocente, seguro lo creerán.- sí, inocente después de lo que pasó.

- Jaja, creo que sí...

- Te llevaré al autobús.

- Gracias.