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Todavía no se lo creía, aquella niña no era una niña, era una jovencita y la había besado, y ella lo había abofeteado.

-¡Yo soy Cox! Bueno, al menos su hijo. -Dijo él.

-Bueno es obvio que eres el hijo, ¿no?- Ella levantó una ceja.

Él volvió a cambiar de actitud. Sonrió amablemente.

-En verdad eso no ha sido muy inteligente por mi parte.-Él rascó su nuca avergonzado.

Se creó un silencio un tanto incómodo entre los dos, y él la invitó a pasar. Llevaban bastante tiempo en la puerta hablando y él no estaba siendo caballeroso.

Ahora que la había encontrado, todo sería más fácil, su padre estaría orgulloso de él.

Ella lo siguió al interior, su cara reflejaba total asombro.

-Tienes una casa muy bonita.-Dijo.

Estaban en el recibidor, pero desde allí podía apreciarse el buen gusto con el que estaba decorada. A pesar de no ser muy grande, la gran cantidad de ventanas y ventanales, sumado al color pastel del que se encontraban pintadas las paredes y los muebles marrones y blancos. Unos modernos y otros que parecían sacados de una película antigua del renacimiento, daban una sensación de calidez muy hogareña.

-Todo lo que ves aquí dentro es obra de mi madre. Ella era decoradora, aunque siempre nos reñía si llamábamos a su oficio así, ella prefería: " Diseñadora de interiores"-Explicó con nostalgia en su voz.

-Ella, ¿ella esta muerta?-Preguntó tímidamente.

Él sonrió melancólicamente y contestó:

-Si, pero eso fue hace mucho, no pasa nada.

-Pues tenía un buen gusto, ojalá supiese combinar así de bien los colores.-Ella se giró dándole la espalda al retrato que había allí de la familia entera, y sonrió de manera reconfortante.

Él, que nunca había visto una sonrisa tan bonita, se dijo que debía lograr que apareciese más a menudo.

Al pensar en eso, se sintió raro, pero no le importó.

Este iba a ser en principio un capítulo más largo de lo que ya lo es, pero me pareció que sino

se tornaría algo pesado de leer y decidí cortarlo aquí, por que lo que viene ahora será el principio del fin, y merece su propio apartado.

Disfruten y lean, besos Lynn.

Alas NegrasWhere stories live. Discover now