Capitulo cinco: Reece Collins

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Reece (Él narra ahora)

(Días atrás) El suceso de los disparos

-Casa de Reece-

“¡Reece! ¡Reece, despierta!” escucho que me dice una diminuta voz tomando mis mejillas y sacudiéndolas. Gimiendo, con mucha dificultad abro un ojo y veo a Rayne mi hermana pequeña,  ella me observa con una sonrisa traviesa y con un gran brillo en sus ojos claros. Su cabello castaño estaba bien peinado suelto con rizos definidos, viste un lindo vestido.

“Buenos días changuito” Digo con voz ronca. Abro mi otro ojo y me siento sobre mi cama enseguida me estiro.  La cobija se baja inmediatamente revelando mi bronceado pecho.

“¡Buenos días Reece, Bye!” Rayne dice mientras me da palmaditas en la cabeza, sale corriendo de mi habitación. Sacudo mi cabeza y sonrió. Me obligo a salir de la caliente cama, camino hacia mi armario y me detengo para saber que me voy a poner. Después de dos minutos o tres tomo unos obscuros jeans y una playera blanca, me los llevo al baño. Salpico agua en mi rostro para asegurarme de estar completamente despierto. Después lavo mis blancos dientes y me coloco los jeans. Enseguida abro unas pequeñas puertas negras y agarro mi desodorante, lo aplico rápidamente en mis axilas. Finalmente me pongo mi camiseta blanca y volteo a verme en el espejo. Mis ojos azules hoy destacan un gran brillo y mi cara desde ayer esta muy bien rasurada. Tomo muy poco gel y lo coloco en mi cabello para que tenga un aspecto alocado.

Satisfecho con mi aspecto, salgo del baño devuelta a mi habitación. Agarro mi billetera de cuero negro y la pongo en el bolso trasero de mi pantalón enseguida tomo mis llaves y las situó en mi bolsillo delantero. Tomo de igual manera mi chaqueta de universidad situada en la silla de mi escritorio, el cual está en la esquina del cuarto alado de mi gran cama. Por último antes de salir, tomo mi loción, la roció sobre mí y la vuelvo a colocar en su lugar. Paso mi mano nuevamente sobre mi cabello para checar que todo esté en orden, sonrió y cierro la puerta de mi habitación. Desciendo de las escaleras en espiral, paso la sala y entro a la cocina.

Al entrar las risas retumban en mis oídos. Observo a Rayne sentada en su silla columpiando sus piernas mientras alegremente desayuna sus huevos con tocino. A su derecha esta Juliet mi otra pequeña hermana la cual tiene 16, en su uniforme desde que va en una escuela privada. Su cabello rubio cae sobre sus hombros en rizos y tiene un leve maquillaje. Ella lentamente come sus huevos debido a que no para de reír junto con mis hermanos Rayne y mi hermano mayor Conner. El es una locura, debería de estar en la universidad. Su cabello está muy alocado y despeinado sigue en su pijama algo desbotonada. Aunque no pueda ver sus ojos estoy seguro de que tiene ojeras. Mi papá está sentado al final de la mesa leyendo un papel y tomando café.

“¡Hola a todos!” les digo a los demás tomando asiento junto a Conner. Mi madre está en el horno preparándoles a todos su desayuno. Viste una blusa clásica con pantalones obscuros y tacones altos. Su cabello está atado en una cola de caballo.

“Buenos días cariño” saluda mi madre echando un vistazo sobre su hombro y sonriendo

“Hola” dice Conner con la boca llena

“Buenos días” dice Juliet con una ligera sonrisa

“Buenos días hijo” por ultimo dice mi padre bajando un poco su papel y sonriendo

“¿Que van a hacer después de la escuela, Reece?” pregunta mi mamá mientras coloca mi plato en frente mío y toma asiento junto a mi padre. Tomo un bocadillo y luego me dirijo a ella. “Planeo ofrecerme de voluntario en el asilo” digo y continuo comiendo.

“Oh eso es dulce cariño, deberías de ir entonces” dice y observa su reloj de diamantes.

Realizo el mismo acto, observo mi reloj y me quejo. Mierda, ¡Necesito irme! “Bye, los quiero” digo, le doy un beso en la frente de mi madre y en la de ambas de mis hermanas. Le doy un corto abrazo a mi padre y a Conner.

El amor es ciegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora