Capítulo 2.

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Niall seguía caminando por las calles oscuras y nebulosas, con las manos en los bolsillos por el frío. Pensaba si Charlie estaría bien sola o si seguía bebiendo en su casa, pensaba en lo que ella haría mañana y sí se verían antes del lunes. Hacía mucho que Niall no se sentía tan bien consigo mismo y con el mundo, desde por la mañana que la chica de ojos oscuros le habló. Aunque en realidad Niall la había visto por los pasillos alguna vez cuando la gente le gritaba cosas horribles y ella sólo agachaba la cabeza y sonreía levemente,a él le hervía la sangre el no poder hacer nada por ella. No la conocía pero él pensaba que juzgar a la gente no era justo, los demás tampoco la conocían pero aún así se empeñaban en atormentarla.

Niall siempre pensó que Charlie era una chica dulce y, no tuvo ninguna duda cuándo se ofreció a ayudarle a limpiar su taquilla sin conocerle de nada, y pudiendo ser que él fuera uno de los que iba creando rumores sobre ella, pero no era así. Quizá ella lo sabía por eso le había ayudado, o simplemente su personalidad era generosa. Niall tampoco lo quería saber porque en el fondo quería que Charlie se le acercara por él, no por otra cosa, y si sabía que no era así le dolería. La verdad es que Charlie siempre atrajo a Niall de alguna manera, desde que llegó a la ciudad y al instituto no había dejado de observarla en las clases que tenían juntos, o en la cafetería, en la que ella parecía más triste y sola que nunca. Siempre tenía la bandeja llena de comida pero nunca terminaba nada, se sentaba cerca de la ventana y se ponía los cascos para que nadie se le acercara, y Niall pensaba que esa era su forma de apartarse de la gente por eso nunca se atrevió a sentarse con ella. No quería arruinar su ritual por que quizá esos momentos libres eran los únicos que tenía para estar tranquila.

Niall llegó a una bonita casa pintada de color amarillo claro, con un jardín delantero cuidado por el servicio de sus padres y un pequeño caminito pedregoso que conducía a la puerta de su casa. Metió la llave en la puerta y se fué a su habitación sin hacer ruido. No quería que sus padres le vieran con los ojos rojos y oliendo a bar, porque sabía que si lo veían así le mandarían de vuelta a Irlanda, a un internado católico de chicos y no saldría hasta cumplir los 30. 

Dejó sus cosas encima de la cama y se lavó la cara con agua muy fría para espabilarse y poder dormir bien, luego se desvistió y se sentó en la cama. Pensó en que al día siguiente podría ir a la ciudad con sus amigos y comprar un regalo a su madre, que cumplía años el martes siguiente. A él no se le daba bien comprar cosas para chicas, pero compraría un ramo de flores como todos los años hacía.

Se acostó y se quedó dormido al instante.

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Los rayos de sol inundaron la habitación de Charlie que se quejaba de lo temprano que era.

"Vaya señor Sol, hoy se ha levantado con muy buen humor." hacía tiempo que Charlie hablaba sola, ya que nno tenía amigos con los que hablar. 

Se levantó de la cama y decidió comer en un burger de la ciudad porque no le apetecía cocinar y comer sola.

Bajó las escaleras en ropa interior y se tomó un café frío y cargado. Adoraba las mañanas así. Es cierto que odiaba la soledad pero le gustaba tomar el café amargo y andar por la casa semi desnuda.

Se vistió con lo primero que encontró en el armario y salió de casa a coger el autobús que la llevaría al centro. Iría a comer la hamburguesa más gorda y grasienta que encontraría en la carta, le gustaba la comida rápida. Le recordaba a cuando fue a ver a sus abuelos en Michigan, la llevaron a comer una hamburguesa enorme, y ese recuerdo la hacía feliz. Y quería que ese día fuera bien, sin ningún problema.

Al bajar del autobús se colocó bien la chaqueta de lana amarilla sobre sus hombros y caminó hasta la calle donde había tiendas y bares irlandeses. Eso le recordó a Niall, que a su vez le recordó que había sido muy amable con ella y no le había dado las gracias en condiciones. Decidió que en cuanto le viera, le daría las gracias. Pero para su sorpresa, eso no tardó mucho en suceder. A lo lejos vió un grupo de chicos que venían corriendo hacia ella, o bueno, hacia la acera en la que ella se encontraba. Los maldijo por que tendría que apartarse pero justo cuando iba a poner un pie en la carretera para dejarles paso, uno de ellos la agarró del brazo y la obligó a correr también. Charlie no sabía quien era ni porque la llevaba con él, hasta que se fijó y se quiso soltar pero se habían metido en una calle que ella no conocía, así que se quedó parada y miró como algunos chicos jadeaban por aire mientras que otros se reían.

|PAUSADA|Found. (Niall Horan fanfiction española)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora