Flash, confianza, comodidad
Realmente a mi me encanta el té, era algo que lograba relajarme, pero sentir la mirada de Harry puesta en mi por cada trago que daba, lograba incomodarme de cierta forma.
- ¿podrías dejar de mirarme?- pregunte con una pequeña sonrisa
- Lo siento. - se disculpo- es solo que no puedo dejar de mirarte, estás tan cambiada, de una muy buena manera, estas preciosa María
- Gracias- sentí la sangre concentrarse en mis mejillas- tu también luces muy atractivo
- ¿mucho mas que antes?- pregunto con aquel aire coqueto que tanto me encantaba
- Definitivamente- dije escaneándolo rápidamente con la mirada, lo escuche reír
Nos mantuvimos en silencio mientras bebíamos de nuestro té, poco a poco la incomodidad comenzaba a desaparecer.
- ¿me odias? – pregunto finalmente
Ladee la cabeza de un lado a otro procesando la pregunta cuya respuesta conocía perfectamente, mire mi vaso y luego a él.
- No puedo odiar a alguien a quien un día dije amar
- Supongo…
- Es extraño, ¿cierto?- cuestione sonriendo
- ¿Qué?
- De seguro pensaste al igual que yo que no volveríamos a vernos, y aquí estamos, tomando té, para seguramente mañana salir en alguna pagina de internet y volver al comienzo, solo que esta vez con una historia un tanto diferente, con unos protagonista no adolescentes – dije riendo, él se unió a mis risas
- Quizás pensé que no volvería a verte, pero eso no significa que no lo hubiese deseado
- No toquemos esos temas tan delicados, ya sabes, lo que hubo…
- ¿no le gusta a tu novio?- pregunto cruzándose de brazos- ¿Por qué no ha venido contigo?
- Mi novio no ha venido conmigo porque principalmente no tengo uno- dije riendo mientras rodaba los ojos – soy una persona libre
- ¿soltera?- pregunto con una sonrisa esplendida
- Si, aunque no es algo a lo que le preste atención- dije encogiéndome de hombros, él rio - ¿Qué?
- Sigues siendo una chica muy sencilla y tierna al hablar
- Sigo siendo yo Harry, la misma María Patterson que conociste hace tres años, solo que un poquito mas vieja
- Y algo mas graciosa- agrego
Los dedos de mi mano comenzaron a golpear por sobre la mesa, de manera sutil Harry acaricio mi mano con la suya, haciendo que un estremecimiento abarcara mi columna vertebral y que mi mirada cayera en la suya, comenzaba a odiar que él aun siguiera teniendo ese efecto en mi.
- ¿Qué hubiese pasado?- soltó en un susurro apenas audible
- ¿a que te refieres?
- A que… ¿Qué hubiese pasado si, si hubiese existo un bebe, tuyo y mío?- pregunto clavando sus pupilas en mi
Sentí mi cuerpo tensarse, esa era una pregunta que al menos yo me había formulado unas millones de veces, logrando sentir distintas emociones, normalmente me obligaba a desechar la idea de ese pensamiento, pues seamos realistas, éramos jóvenes y a ambos nos esperaba un futuro que al parecer no consistía de un <<nosotros>>.
Se que una mueca apareció en mis labios y que en mi frente se formaron pequeñas arrugas debido a que fruncía el ceño, la mano de él fue a parar a mi frente eliminando las pequeñas arrugas formadas con un suave roce.
