Londres
Y ahí estaba yo, observando aquel volante entre mis manos, obserbando con la mirada cada firma, la zanahoria, el corazón, ¿Cómo olvidar ese día?
Cerré los ojos apretando mis labios, se supone que esa etapa ya había sido superada, dos años, ¡dos años!, era el tiempo que había transcurrido desde mi decepción amorosa.
Recordé en donde me encontraba y mi estomago se revolvió, ¡un avión!, mi miedo por los aviones persistía, podría decirse que todo en mi persistía, claro que muchas cosas habían cambiado, pues ya no era una niña.
Voy a vomitar, voy a vomitar, voy a vomitar, ¡dios! Viajar era una tortura para mí, y quien diga que exagero es porque no me conoce.
- ¿podrías quitar la cara de sufrimiento?- susurro mi acompañante
- Creo que vomitare
- Y yo creo que aguantaras las ganas- me informo de vuelta- cierra los ojos
Obedecí a mi acompañante y trate de relajarme.
Como cada viaje que hacia al bajar del avión me dirigí al baño expulsando todo de mi estomago.
- En serio que es extraño, tal ves deberías ir a un psicólogo- me recomendó mi acompañante esperando fuera del cubículo
- Seria extraño, yo una estudiante de psicología yendo a un psicólogo- respondí saliendo del cubículo
Me mire a el espejo y lucia pálida, lave mi rostro con un poco de agua para luego arreglar un poco mi cabello, vi el reflejo de mi acompañante en el espejo.
Su cabello café oscuro iba recogido en una coleta alta, sus ojos quizás un poco pequeños eran de color café, labios un poco grandes y rostro ovalado dándole una actitud un tanto risueña, de estatura baja, a mi lado bastante baja, me atrevo a decir que he crecido unos centímetros mas, color de piel morena clara, el vivo ejemplo de una mujer latina.
- María, ¿te sientes bien?- me pregunto
- Tranquila Bo, sucede cada vez que viajo- la tranquilice
- Lo siento, es mi trabajo de mejor amiga protegerte- me informo sacando su lengua infantilmente
Reí mientras salía del baño, procure mirar por donde caminaba, no estaba dispuesta a cometer los mismos errores de aquella vez, por eso me fije en no tropezar con ninguna modelo con café en sus manos, de no olvidar mis maletas, y de tratar de relajarme.
Ya una vez en el taxi, luego de dar la dirección pose mi mirada en la ventana.
Habían pasado dos años, hacia tan solo unas dos semanas había cumplido veinte años, era una estudiante de psicología general, ya iba por mi quinto semestre.
Mi acompañante, Bo, era mi mejor amiga, lo era desde hace un año y nueve meses cuando me consiguió llorando en el parque cercano en mi casa en España, desde entonces nos volvimos inseparables, por lo que no dude ofrecerle que viajara conmigo.
Trate de no asociar la palabra <<Londres>> con pasado, de hecho trate de no nombrar sus nombres, hacer de cuenta de que Londres, era simplemente Londres.
La idea de venir a Londres ha sido de mama, quien cree que Londres es mi lugar favorito del mundo, si, lo era, lo era antes de ver como el chico que amaba estaba con otra chica y como “mis amigos” me olvidaron, no pude evitar resoplar mientras giraba los ojos.
Quizás había sido ingenua al pensar que aquella amistad era de las duraderas cuando ellos quizás solo fueron amables conmigo, regalándome las mejores vacaciones de mi vida.
- Hace mucho frio- comento Bo sacándome de mis pensamientos
- Así es Londres, frio y húmedo- informe yo
- Escalofriante- fue la respuesta que Bo me dio
Reí mientras la veía abrazarse así misma, el frio que comenzaba a abrazar mi cuerpo era agradable, era saber que volvía al punto de partida.
Luego de pagar al taxi me adentre al edificio, el cual lucia un poco más elegante pero igual de acogedor.
Subí al ascensor acompañada de Bo y nuestras maletas…
<< En silencio tomamos el ascensor donde me tome la tarea de evaluar su vestimenta, una camisa de botones de mangas larga color gris con unos ajustados pantalones negros, su cabello lucia un poco húmedo, me encontré con sus ojos y una hermosa sonrisa…
- Luces hermosa- me informo haciéndome sonrojar
- Gracias- susurre- tu luces muy Harry Styles
- ¿Qué significa Harry Styles?- pregunto riendo
- Sexy y atractivo- admití viendo a un lado escuchándolo reír
- Gracias- respondió el
Salimos de el ascensor donde me lleve la sorpresa de que traía un coche, como caballero me abrió la puerta para luego el subir y comenzar el recorrido…>>
Detuve mis pensamientos antes de tantear un terreno peligroso.
- ¡rayos!- exclame frustrada pegando mi mano de las puertas del ascensor
- ¿Qué sucede?
- Pensé en su nombre, quebrante la norma- dije molesta conmigo misma
- Ok…-susurro Bo acostumbrada a mi comportamiento- ¿sabes? Quizás debimos haber ido a las vegas, emborracharnos y conseguir que te acostaras con cualquier tipo que te ayudara a borrar al susodicho
- Si, claro y luego regresaba a casa casada con un tipo del que no sabia nada- bufe saliendo del ascensor
- Por lo menos tendrías una historia diferente
- Quizás….- fue todo lo que dije
Toque el timbre del apartamento, riendo porque quizás ella había olvidado ir por nosotras al aeropuerto tal cual lo hio la primera vez.
La puerta se abrió dejándome ver aquella mujer de 32 años cuyo cabello consistía en rulos dorados, efectivamente, tía Camile.
- ¡María! Llevas el cabello un poco mas corto- fue lo que dijo al verme, reí y enarque una de mis cejas
- ¿es eso lo que piensas decirme luego de dos años?- pregunte riendo
- Ven aquí pequeña- dijo envolviéndome con sus brazos
Cerré los ojos abrazándola con fuerzas, la segunda madre que podía tener, si que la quería, seguía siendo una persona un poco sensible por lo que podía sentir mis ojos humedecerse un poco, nos separamos.
- Ella es Bo, como mi hermana adoptiva, Bo ella es mi madre adoptiva- las presente
Las siguientes horas me las pase narrando los ultimo dos años, sobre la universidad y de cómo estaba toda la familia, un tema bastante aburrido para mi pero interesante para Camile.
Al entrar a la habitación suspire, parecía que todo estaba tal cual Oli y yo la habíamos dejado, Oli, había hablado un par de veces con ella.
Me lance sobre la cama cerrando los ojos.
- Estamos en Londres- informo Bo suspirando
- Estoy de vuelta a Londres- susurre abriendo los ojos
Me di cuenta de que de cierta forma aquello parecía ser el primer capitulo de una nueva historia, desee y pedí a los cielos que estaba vez, hubiera un final feliz o uno donde nadie saliera lastimado.
