18º Capitulo - Ojalá pudieses verte a través de mis ojos

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La había fastidiado con Xabi, tanto que no sabia como lo iba a arreglar. ¿Como puedes hacer que una persona vuelva a confiar en ti cuando la has decepcionado? Por mucho que lo arreglara con él, cosa que ahora no veía muy posible, cada vez que le mirara a los ojos la decepción seguiría presente en sus ojos. Cuando mirara a esos ojos me acordaría de lo que sintió, de lo que le hice.

Tenia que hablar con él cuanto antes, contarle la historia, pero me daba miedo de que no quisiera saber nada de mi. Me daba miedo que pensara que yo era como su novia.

Él había dicho que yo no era igual que ella, que yo me arrepentía de lo que había hecho, y claro que lo había hecho. Me arrepentía cada segundo de cada día, había perdido lo que mas quería por un segundo de confusión, una confusión que yo no existía ni remotamente. ¿Pero ahora que pensaría de mi? ¿Me vería igual que a su novia? ¿Dejaría de hablarme?

No quería pensar en nada de eso, no quería pensar en que a partir de ahora Xabi me miraría como lo había hecho en el frontón, pero cada vez que cerraba los ojos veía su cara, su decepción y su dolor reflejados en esos ojos.

Mireya ni siquiera se había enterado de lo que había pasado con Xabi. Cuando llegué a casa ella todavía no había llegado, y cuando lo hizo yo estaba metida en la cama. Ella me había preguntado porque estaba en la cama si eran las seis de la tarde, yo la había mentido, la había dicho que me encontraba mal.

Mireya me preguntó si quería algo para el dolor de cabeza que supuestamente tenia, pero la dije que no, que solo necesitaba dormir un poco y me encontraría mejor, pero no dormí ni siquiera un minuto.

Me quedé en esa habitación a oscuras con solo unos pocos rayos de sol atravesando la habitación. No podía dormir por mas que lo intentaba, Xabi estaba en mi cabeza y no desaparecía. No paré de girar en la coma en toda la tarde, incluso me giré poniendo los pies donde estaba la almohada y la cabeza donde deberían estar los pies, pero el sueño no vino a mi.

Mireya entró unas horas después diciendo que era la hora de la cena, yo me hice la dormida con lo que ella volvió a cerrar la puerta con cuidado.

Tenia un nudo en el estomago, no me sentía capaz de comer nada y con tanto fingir estar enferma ahora me esta sintiendo así realmente.

La verbena empezaría en solo un par de horas y yo me sentía incapaz de ir, no quería ver a Xabi, era cobarde por mi parte no enfrentar las cosas, pero creía que seria mejor para el darle un tiempo para que pensara las cosas con mas calma, para que estuviera libre de tener que verme. O por lo menos eso era lo que yo me decía para no tener que afrontar la verdad, yo era una miedica y aunque lo quería arreglar con todas mis fuerzas y volver a como estábamos antes mi especialidad era huir de las situaciones difíciles,y esta sin duda alguna lo era.

Oí cuando Mireya cogió su ropa para arreglarse para ir a la verbena y lo hizo con cuidado para no molestarme, eso me hizo sentirme aun peor. No solo estaba huyendo del problema, estaba mintiendo a mi mejor amiga, a la persona que mejor me conocía en este planeta.

No pude dormir, el silencio solo hacia que pensara mas y mas. Dar vueltas y mas vueltas es lo único que hacia en la cama. Me levanté y empecé a pasear por la habitación. Paseé, me senté, intenté leer un libro para haber si así me entraba el sueño, pero nada. No lo conseguía.

En mi opinión no podía dormir por la culpabilidad por mentir a Mireya y por lo que le había hecho a Xabi.

No quería quedarme ahí y seguir pensando, ¿pero que podía hacer? Bajar a donde estaban los demás no creo que seria muy buena idea, ¿como iba a explicar mi repentina recuperación?

Busque algo de ropa en mi maleta, ya que la ropa de esa tarde estaba empapada, y fui con cuidado de no hacer ruido hasta la puerta de la casa. Solo había un lugar donde sabia que iba a encontrar tranquilidad.

Diario de una indecisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora