Capitulo 8: Herido

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Caleb avanzaba por el pasillo cuando vio una puerta al final del corredor, entró y era un cuarto totalmente oscuro, pero cuando volteó para salir, las luces se encendieron automáticamente, y se encontró en un salón enorme, parecido al de un presidio donde los presos almuerzan: mesas con las sillas soldadas a ellas, y al fondo una cocina con un mostrador y un vidrio gastado. En el se podían observar platos con comida descomponiéndose lentamente y una puerta que parecía estar abierta. Caleb se dirigía hacia ella cuando la vio abrirse lentamente y dos tipos, uno de tez negra y otro alto y rubio vestidos con traje de guardias salieron. Se acercaron a Caleb con expresión seria y lo rodearon.

-¿Que haces aquí? Esta es una zona restringida y no permitimos ningún intruso.

- ¿Intruso yo? ¿Acaso no sabe quien soy?

El guardia negro lo miraba fijamente, y cuando el rubio se disponía a contestarle, le susurró al oído: "Este es el sujeto que Adam buscaba, ¿recuerdas?". El rubio asintió y cambiando la expresión le dijo:

- ¿Acaso tu no eres Caleb?

- No señor, mi nombre es Rockefeller, no conozco a ningún Caleb.

- No juegues con nosotros hijo, sabemos quien eres y eres alguien muy solicitado para nuestro jefe. Asique haznos el favor de acompañarnos - Y diciendo esto sacó un arma detrás de si y lo apuntó mientras le hacia un gesto para que camine. Caleb salió junto a los dos guardias y los 3 comenzaron a caminar por un largo corredor iluminado y totalmente distinto, como si caminara por otra parte del lugar donde estaba.

Cuando habían hecho medio pasillo y se acercaban a un ascensor, Caleb vio su oportunidad para escapar. Aprovechó cuando ningún guardia tenia su mirada en él y golpeó a uno en el estomago y empujo al otro. Cuando vio a los dos en el suelo, comenzó a correr hacia el ascensor mientras trastabillaba y volteaba para ver si se levantaban. Llegó al ascensor, presionó el botón y oyó un sonido y vio como el contador de pisos descendía, y vio con un escalofrío que el contador de pisos marcaba números negativos, dando a entender que estaba muchos pisos abajo, y marcaba -15. Oyó gritos y vio que los guardias se acercaban corriendo con sus armas en las manos, cuando uno se detuvo apuntándole a Caleb .Un disparo, luego otro resonaron con fuerza en el corredor. Uno impactó en la botonera del ascensor, y el otro en el muslo de Caleb. Cayó gritando de dolor y vio que el ascensor justo se detenía. La puerta se abrió y Caleb se arrastró dejando una pequeña mancha larga roja que se agrandaba cada vez que su cuerpo se metía en el ascensor. Entró y se trató de levantar como podía, y vio que no había botonera, sino un ascensor liso y blanco. La puerta se cerró con la cara de los dos sujetos que insultaban a Caleb por haberse escapado. Perdió el conocimiento y desde entonces todo se volvió oscuro.

Despertó parpadeando y estaba en una especie de consultorio acostado en una camilla, vestido con uno de esos camisones que usan los pacientes en los hospitales. Observó la herida en el muslo y vio que estaba cosida. Intentó levantarse pero estaba atado de manos y pies a la camilla. - "Que desastre, mi familia debe estar buscándome y yo acá atado, todo por seguir a un desquiciado ricachón. Tu si que tienes suerte Caleb, eres excepcional" - pensaba - "supongo que nada podré hacer, asique solo voy a atinar a tratar de dormir y listo".

El sueño lo estaba venciendo cuando alguien entró a la habitación: era un muchacho de su edad, pelo negro y vestido de calle con una chaqueta de cuero marrón. Se acercó a la camilla, observó a Caleb de izquierda a derecha, y miró su herida de forma interrogante, luego sólo se limitó a mirarlo a los ojos detenidamente.

Después de unos minutos Caleb rompió el silencio.

- ¿Quieres un autógrafo o algo así hermano?

- ¿Eres uno de los chicos convocados no?

- Así es.

- ¿Sabes donde esta mi hermana Sarah?

- La verdad no tengo idea, íbamos a buscarla con Thomas. El fue para un lado y yo para el otro, pero yo terminé aquí con un tiro y desnudo prácticamente. No se como le habrá ido a el pero espero que mejor.

- Escúchame, voy a liberarte porque necesito tu ayuda, pero no quiero sorpresas. Si intentas algo deberé matarte.

- Perfecto. ¿Podría saber tu nombre al menos?

- Adam.

Y diciendo esto, Adam liberó a Caleb de la camilla y este se sentó frotándose las muñecas. Adam le trajo su ropa pero con otro pantalón distinto a el que tenía. Dejó que se vistiera y luego le hizo un gesto con la cabeza para salir de la habitación. Salieron y fueron caminando por un largo pasillo blanco, cuando de una puerta se asomaron los mismos guardias que habían atacado a Caleb en el ascensor y sin pensarlo sacaron cuchillos y fueron a atacarlo. Adam se adelantó y los detuvo.

- ¿Qué creen que hacen? Aléjense o los matare yo mismo.

- ¿Acaso quieres morir tu también? No aproveches tu ventaja de ser conocido del amo o lo lamentaras.

Los guardias se acercaron a Adam y uno quiso apuñalarlo, pero el era mas rápido, lo esquivó, tomo su brazo y haciendo un movimiento saco el cuchillo de su mano al tiempo que se movía para evitar al otro guardia. Caleb no dudó y golpeo a uno de ellos que cayo al instante. El otro guardia al ver en la inferioridad de condiciones en la que se encontraba, se alejó un par de pasos, ayudo a su compañero a levantarse y se retiraron por una puerta sin antes decir que lo iba a lamentar.

Adam permaneció un momento mirando el cuchillo, lo arrojo a un costado y le dijo a Caleb que siguieran caminando.




La última voluntad.Where stories live. Discover now