CAPITULO 24: Lluvia

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(Haley)

Cuando Marie terminó de contarme que se estaba volviendo loca con la cita que tenía mañana con James pude procesar la actitud extraña de Tyler. Me hizo reír. ¿Qué mosca le había picado?

Me resté a ir al baño a comprobar que estuviera bien arreglada, había pensado en colocarme un vestido de día o algo por el estilo, pero al final pensé en ir con unos pantalones negros ajustados y una blusa blanca suelta, era simple y me gustaba.

Me eché un poco de maquillaje, ya que no estaba muy familiarizada y no quería quedar como una muñeca. Estaba nerviosa, tenía que admitirlo. Mis manos temblaban y lo único que podía pensar eran las clases que Tyler me había dado para conquistar a sus compañeros de equipo que habían estado en el accidente.

Lo había estado intentando, solo que luego de que apareciera Marie en el instituto echándoles en cara que apestaban me era sumamente difícil acercarme a ellos, ya que tenía a Marie o Simon siempre conmigo. Cuando llegué a la conclusión de que mirarme al espejo no iba a arreglar mi rostro, ni mi aspecto, salí del baño. Apresurada busqué mi celular para comprobar que no estaba retrasada. Y como me solía empezar a sucederme con Narco, pues me encontré con él.

—Te debe de gustar hablar conmigo, ¿no? —se burló, y como siempre hizo que se me erizara la piel como de gallina.

No era que le tuviera miedo, pero sí me angustiaba verlo. Con ese cabello largo, sus ojos delineados y vestido entero de pies a cabeza de negro. No irradiaba mucha seguridad y mucho menos alegría. Me resté a saludarlo al igual que la última vez que nos habíamos visto, aunque pude notar que estaba algo fastidiado, a lo que no pude evitar preguntarle.

—¿Te encuentras bien?

—No es nada, negocios —pude notar que una sonrisa traviesa se posó en su rostro—. ¿Recuerdas esa vez que estabas espiándome? ¿Recuerdas al chico? —asentí con la cabeza extrañada, más bien recordaba las voces entre ellos, pero nunca pude verle el rostro—. Ese mismo día me pagó todo lo que me debía, luego le vendí más y ahora nuevamente me debe dinero.

«¿Y eso que tiene que ver conmigo?», quería preguntarle, ya que realmente... ¿Qué tenía que ver yo en eso? Intenté pasar desapercibida mi cara extrañada, pero era Narco, nada pasaba por alto.

—Pero hoy dijo que me pagaría, así que atenta —abrí los ojos sorprendida.

Claro, como siempre Narco hablando cosas sin sentido. Estudiándolo unos segundos pude darme cuenta de que había fumado.

—¿Va a robarme? —solté sonando entre burla y a la vez intrigada.

Este para mi sorpresa comenzó a reír, sin parar.

—Si ya lo hizo una vez contigo no creo que le sea difícil hacerlo de nuevo.

¿Que ya me había robado? Me vino a la mente mi billetera extraviada.

—¿Qué? ¿Quién es? —le solté de inmediato, a lo que este abrió la boca para decirme algo, pero nos interrumpió el tono de mi celular.

Alguien me estaba llamando, y ese alguien era Aaron. ¡La cita!, recordé, miré la hora y ya estaba retrasada.

—Tengo que irme —le dije apresurada, a lo que este me miró intrigado.

Quería saber quién era, pero el tono de mi celular no paraba de sonar, por lo que tuve que contestar.

—Lo siento mucho, voy para allá ahora —dije de inmediato.

—No pasa nada, te espero. Creía que te habías olvidado.

Solté una carcajada, diciéndole que no, que estaba de camino, cortando así la llamada. Miré a mi alrededor y Narco había desaparecido. Comencé a correr hacia la salida del instituto, guardando mis cuadernos en la cartera.

Mi Ángel Guardián I : La verdad dueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora