Capítulo Cinco

2.3K 239 10
                                    

Miércoles


Si tuviera que elegir entre un novio y un helado, me quedo definitivamente con el helado.

Es más placentero, aunque se termina antes de tiempo.

Si Amanda, ese miércoles no hubiera estado conmigo, me hubiera ido a comprar un helado en lo de Castor pero como había llegado minutos antes de que saliera en busca de mi amante, me convenció para ir a ver una película al cine. No tenía ganas. Era un día de mierda como cualquier otro, pero toparme con Erick lo hizo aún más mierda.

Ya estaba considerando no ir el sábado.

Me contuve por Nicholas.

—¿Qué tenemos aquí? —dijo con su ya sorna autografiada por su voz. Estúpido.

—Dos chicas más superiores que un grupo de marmotas —contesté sin contenerme.

Amanda miró de soslayo a Erick. Concéntrate, no se lo hagas imposible, pensé.

—Haré de cuenta que no has dicho eso y te dejaré ir en paz. —Arqueé una ceja ante el estúpido comentario que hizo.

—¿Disculpa? Tú no eres quién para meterte en mi vida, ¿está bien? —me dirigí a la tonta esa que vende las entradas.

Pedí dos para Transformers: El lado oscuro de la Luna y la rubia me las entregó, con una mano temblorosa. Miré a Amanda, para ver en dónde estaba y la encontré a escasos metros del marmota. Me acerqué a ella, sin dudarlo. Respiré profundamente, para escupir la frase que me estaba comiendo por dentro.

Amanda volteó hacia mí, cuando me vio.

—Cuidado Ami, la mancha de boludo no sale —su grupo se rió. ¡SU PROPIO GRUPO! Amanda me miró con cierta pena.

Sin previo aviso la agarré del brazo y me la llevé hacia la sala 5. Después de unos minutos en silencio, los cuales me asesinaban, ella abrió la boca para arruinarlo todo.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó de repente.

—Porque él no es bueno para ti. Para nadie —dije.

—Tú eso no lo sabes... —la interrumpí.

—Por favor, Amanda. Si yo te saco de su camino, es por bien tuyo. Pero, ¿sabes qué? Haz lo que quieras, me da igual. Parece que todo lo que te digo, te refriega por el culo —escupí con rabia.

—No sabes nada sobre él —arremetió contra mí.

—Pfff. Ojalá pudiera decir eso —me crucé de brazos y miré hacia otro lado.

—Es más —dijo fuerte— no lo conoces. No le das oportunidad a nada. No es siempre así, Mariana.

—Yo le doy oportunidad a todos, que ellos no la sepan aprovechar es otro cantar, ¿sí? —contesté brusca.

—Pero... —la volví a interrumpir.

—¿Sabes qué? Haz lo que quieras, Amanda. Solo te digo una cosa, no vengas a llorar cuando algo te pase —me paré del asiento y me fui más para atrás.

Había veces en los que no la soportaba. Como esta. Suspiré cansada. No podía soportar la simple idea de que Amanda esté coqueteando con Erick. No por celos, ya lo había superado. Sino porque ya sabía cómo terminaría. Mal. Como todo a lo que me vinculaba yo por mucho tiempo y trataba de protegerlo. Como ahora.

La película había empezado, y como había empezado, había terminado.

Sin previo aviso, salí antes de que terminara. No quería encontrarme con Amanda para que me pidiera disculpas. No sin antes de aclarar mi mente.

Salí al aire fresco... Y mojado. Había estado nublado todo el jodido día, y me había olvidado de traer un paraguas. Yo sola me puedo olvidar de una estupidez como esa. La lluvia empezó a caer más fuerte contra mi cara. Me tapé con la capucha de mi abrigo y seguí caminando. Miré varias vidrieras de ropa y cualquier cosa que se pudiera contemplar detrás de un vidrio.

Cuando llegué a Central Park, me senté en el mismo asiento en el que nos sentamos Nicholas y yo, el otro día.

Parecía que todavía conservaba esa fragancia barata que usa de Armani. Salvo que esté...

Giré mi cabeza, mirando todo el perímetro del parque. No había ningún rastro de él. Entonces... ¿por qué de pronto siento el perfume de él en el parque?

No lo sé.

¡No lo sé, demonios!

1. Cómo terminar de enamorarse en 7 días - Trilogía 7 días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora