¿Adoptado?

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*** Annie***

"Te amo Annie" tres maravillosas palabras que conformaban la frase que tanto ansiaba escuchar salir de los labios de Mark, las mismas que aumentaban mis sentimientos hacia él.

― Repítelo ― le pedí, quería reafirmar que mis oídos habían escuchado bien.

― Dame unos minutos para recuperarme, mujer ― dijo Mark, sonriéndome ― Esta es la tercera ronda, sé que puedo ser un semental a veces, pero dame un respiro.

―Sabes a que me refiero, tonto ― le dije golpeando su brazo.

Volviendo a subirse encima de mí, poniendo su peso en sus codos mientras tomaba mi cara con sus manos y besando mis parpados dijo ― Amo tus ojos, Amo tu inteligencia ― beso mi frente ― Amo tus mejillas ― dijo dándoles un par de besos ― Amo tus labios ― dijo mientras los besaba ― Amo todo sobre ti Annie Anderson, Te amo.

― Yo también te amo Mark Dinovik ― Dije respondiendo con ferocidad a sus besos.

Después de lo dicho, hicimos el amor lentamente, como si estuviéramos redescubriendo nuestros cuerpos, la intensidad con que llegamos nuevamente al clímax fue superior a cualquier otra ocasión, pareciera que el confesar nuestros sentimientos nos liberamos de los grilletes que nos mantenían encadenados al suelo, porque el cielo se quedó muy debajo de mí, ante esta nueva sensación. Y eso fue lo último que supe de mí y de Mark, ya que nos quedamos dormidos acurrucados con mi cabeza apoyada en su pecho, escuchando el sonido de su corazón, el cual parecía estar sincronizado con el mío.

No dejamos el hotel hasta el día siguiente por la mañana, decidimos pasar la mañana con mi familia, y después volveríamos a nuestro departamento en la ciudad. Antes de llegar a casa de mis padres Mark me dijo el mensaje de Zack. Yo no recordaba haber hecho planes con Zack para el día de hoy, lo cual se lo dije a Mark, solo esperaba por el bien de Zack que no se le ocurriese aparecerse en casa, porqué la verdad no me hizo gracia las insinuaciones que hizo ayer frente a Mark.

Llegando a casa de mis padres, todos estaban saliendo, no debería haberme sorprendido era día de ir a la iglesia, en este momento me arrepentía de no haber desayunado nada, es cierto que habíamos comido el día de ayer, pero por la mañana el despertar fue muy agradable, nos tomamos mucho tiempo en ello que ni tiempo nos dio para comer algo, mis padres no dejarían que nos perdiéramos un sermón del padre Simón, ni aunque estuviéramos famélicos.

― Oh Annie cariño, llegan a tiempo para ir a la iglesia ― Dijo mi madre acercándose a nosotros ― Hola Mark, me alegro de verte.

― Buenos días Catherine, yo también me alegro de verte ― respondió Mark besando la mejilla de mi madre.

― Mamá, podemos qued...

― Nada de excusas Annie, vamos a dar gracias a dios ― me interrumpió mi mamá antes de siquiera completar la frase.

― Pero...

― Nada de peros.

― Esta bien mamá ― tuve que estar de acuerdo ya sabía que era una pelea perdida antes de que comenzara, pero nada perdía con intentarlo.

― Vamos todos suban a los vehículos ―dijo mi papá.

Estaba dándome la vuelta cuando mi abuela salió cargando una bolsa marrón de papel, se acercó junto con mi abuelo.

― Tomen chicos ― dijo mi abuela entregándome la bolsa ― son un par de sándwiches de jamón.

― Gracias Abuela, no sabes cuánto te adoro ―dije tomando la bolsa y plantándole un enorme beso en la mejilla mientras la abrazaba.

Inesperadamente ¿Tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora