Capítulo 30: La fiesta que no debería haber pasado.

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Capítulo 30

La fiesta que no debería haber pasado.

Supongo que debes estar confundido.

Como he dicho anteriormente, soy una buena estudiante. Entre a Columbia, no es la gran cosa (de hecho si lo es, pero ya saben la modestia ante todo), se deben estar preguntando: ¿Cómo demonios Cole Hastings entró a Columbia? ¿Si solo el 7% de los que aplican entran? (En forma más sencilla: De 100, solo 7 logran entrar). Pues Cole y su primo Ethan han soñado desde su infancia entrar allí, literalmente: estaban obsesionados.

Ambos visitaron el campus cuando eran lo suficientemente maduros para sellar la promesa con una "Pinky Promise". Prometieron que iban a entrar allí, hacían Skype para preparase para los SATs, investigaron lo más que pudieron de la universidad y blah, blah, blah. El punto es que ambos lo lograron.

Ésta solo es la versión corta de la versión corta de lo que Cole le contó a mi madre cuando decidí que era una mejor opción ir a mi cuarto y no asesinar a mi madre y a un chico en mi propia casa.

Esto significa que no me libraré de Cole hasta que me gradúe de mi carrera. ¿Dime esto no podría ser peor?

Pues si lo podía.

Porque al parecer a Blake y a Cole les ha dado un ataque de arrastrarnos a Frankie y a mí a una fiesta. Donde no estamos invitadas. Donde ellos tampoco están invitados. Básicamente quieren que nos colemos a una fiesta. Se estarán diciendo: pero eso es normal, ¿ir a fiestas de extraños? Bah, ¿qué no has vivido Heather?

El problema es que básicamente es una fiesta del instituto privado de la ciudad, si, si esto parece una escena de Tres Metros Sobre el Cielo, pero no es como que vayamos a hacer algo de vandalismo o algo por el estilo.

Sea lo que sea, no quería ir.

Pero no había vuelta atrás, debería haber asesinado a Cole ese día en mi casa. Pero no, ahora estaba siendo secuestrada y llevada a una fiesta a donde no quería ir. Mis malditas suposiciones estaban en lo cierto, era una ingenua por haber tenido fe de que en serio solo iríamos al cine —no se alarmen, Frankie está en el asiento de atrás con Blake. También discuten porque ambas fuimos engañadas.

Literalmente estamos con la ropa más común para ir y nuestras chompas grandes para protegernos del frío del supuesto cine. Pero no, a los muchachos estos se les ocurrió una gran idea de secuestrarnos para ir a la estúpida fiesta.

—¡Pero si te ves bien, Frankie! —exclama Blake en la parte de atrás. Miro por el retrovisor a Frankie que tiene una expresión obstinada.

—Yo sé que me veo bien, tonto. No me vestiré como pordiosera para ir al cine tampoco. Pero, podrías haber avisado que nos iban a arrastrar a esta estúpida fiesta.

Por primera vez, desde que empezó a salir con Blake, Frankie estuvo de acuerdo conmigo. Bien, tal vez estoy exagerando, pero ésta es mi historia así que se suponen que están de mi lado. El punto es que Frankie tampoco quería venir a la fiesta. Pensaba exactamente lo mismo que yo: ¿Qué demonios íbamos a hacer allí?

Pero apenas entramos al lugar Blake y Frankie salieron a bailar. Y llego el momento incómodo en que Cole me miro y yo solo podía pensar: Nope. Así que me fui de allí al mismo tiempo que una chica con cara de: Radar-de-Chicos-tu-Eres-el-Elegido se le acercó a Cole y salieron a bailar.

Y aquí estaba yo en una fiesta que no quería ir, sola, triste, abandonada y con hambre. Caminé con la mínima pizca de esperanza de encontrar algo de comida en la mesa. Si no había nada juro que iba a explotar, iba a robarle las llaves a Cole de su bolsillo trasero y me iba a llevar su carro y los dejaría abandonados en esta fiesta. Para la suerte de Cole, de su carro y la mía, de tener que comer y no tener que tocar su trasero; mis gomitas preferidas estaban en un gran tazón.

Al instante que las vi supe que eran esas gomitas que han absorbido alcohol. Pero me dije a mi misma: Unas cuantas no me causaran nada, son más pequeñas que qué. Lastimosamente una vez que probé una ya no pude parar y creo que me he de haber visto como una cerda tragándose un gran tazón de gomitas pero ¡HABÍA RESERVADO MI ESTOMAGO PARA COMER UN GRAN GRASIENTO CANGUIL EN EL CINE! Y ahora tenía cerca de un millón de gomitas siendo destrozadas por mis jugos gástricos en mi estómago. Y ahora tenía sed. Y como no pude encontrar agua por ninguna parte vi algo parecido a un ponche. Parecía un ponche de un baile de bienvenida, lo más normal del mundo. Hasta llegué a pensar que como eran niños ricos esas gomitas ni habían sido metidas en alcohol, Así que me tranquilicé un poco y culpe la extraña sensación de adormecimiento por el fuerte olor a cigarrillo. Y tomé el ponche que sabía a un simple jugo de naranja.

Lo próximo que sabía es que mi canción favorita empezó a sonar y sola me empecé a desplazar en la pista y a bailar según yo en ese momento como una experta. Luego no sé como terminé bailando con un chico extremadamente guapo.

No estaba nada molesta con bailar con él, porque no sentía nada. Pero me puse alerta cuando ya no estaba en el gentío, de hecho estábamos cerca de las escaleras y el me estaba insistiendo para que suba con él.

—Vamos, Heather... será divertido —¿En qué condenado momento le dije mi nombre?

—N-no —balbuceé—, mi m-mi novio está allá esperand-me, debo pshh ir.

Se rió secamente. —Vamos, sé que no tienes un novio, solo mírate.

—Pfff, ¿qué estaffs intentando decirme? ¡T-tengo novioooo! ¡Y su nombre es...! —miré alrededor mío y lo vi—. ¡Cooooole! El nombre de mi novio es Glen Cocoleeeeeee.

—¿Heather? —me miró confundido y luego miró al chico violador—¿qué está pasando?

"Me quiere violarrrrrrrp" murmuré tapándome la boca para que violador no me vea. Me cogió de la cintura al ver que el chico no me soltaba la muñeca y aún que este gesto el chico no me soltó.

—Ese no es tu novio, es tu amigo, los vi llegar y lo vi a el con Jasmine. Que no tiene la mejor reputación que digamos. Ahora solo ven conmigo que sé que quieres.

BAHHHH, SONABA TANNNNN SEGUROOOOO. PFFFF CALMATE HOMBREEEE.

—Es mi noviiioooo —hice un berrinche. —¿Lo ves? Me coge de la cinturaaaa.

—Oh, entonces pruébalo —sonrió tan seguro de si mismo

—Clarrrroo puessss, lo pruebo.

Y antes de que sepa que demonios estaba haciendo, lo besé.

Estaba. Besando. A. Cole. El me está abrazando de la cintura y yo lo estoy besando. Y no estaba tan m-.

—Puta —escuché al chico decir.

Y como una sincronización perfecta, la chica (quien apareció misteriosamente) que suponía, ahora, que era Jasmine le dio una cachetada a Cole al mismo tiempo que yo le pegaba una cachetada al chico violador.

Lo siguiente que sé es que Blake y Frankie nos están halando fuera del lugar y luego estoy medio durmiendo en las piernas de Frankie, insultando mentalmente al violador y escuchando los murmuros de todos en el carro.

—Estaba borracha —repite Cole una y otra vez. —Estaba borracha.

—No puedo creer que se hayan besado —susurra Frankie para si misma mientras pasa sus dedos por mi cabello.

—Esto se siente como un episodio de Gossip Girl... —Blake se ríe y Frankie le sisea.

Tengo los ojos entreabiertos cuando Cole que ya no está conduciendo se gira para posar sus ojos en mí, pero rápidamente se da la vuelta.

Oh, por Dios. ¿Qué he hecho?

Maldita fiesta.

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N/A: 

Sin palabras. 

Yo también he fangirleado.

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BESOS,

-MD.

Heaven, Hell, HeatherWhere stories live. Discover now