El Extranjero

Capítulo 15

Hasta el día de hoy, Sansa Stark nunca había visto a un hombre semidesnudo, ni las heridas adornando un cuerpo o las cicatrices apareciendo bajo la sangre cuando esta era limpiada por agua y trapos blancos que se volvían del color del vino. Pero hoy, tras el enfrentamiento campal, vio al primer hombre semidesnudo, con el torso completamente descubierto y algunas zonas de su cuerpo mostrando algún hematoma por algún golpe causado durante la pelea, pero nada más grave que alguna costilla rota por lo que podía ver mientras esperaba a ser atendado por el hombre al que estaba mirando.

Sus ojos azules se movieron por la espalda musculada, viendo las cicatrices que la adornaban sin dejar algún espacio para la piel limpia y perfecta. Sin embargo, no era una visión que la desagradara ni le creaba reticencia alguna al mirarlas. Si que le recordaban a su tormento, con memorias de Ser Meryn y Ser Boros desnudándola frente a Joffrey y algunos otros nobles de la corte. Por ello podía ver los hematomas en el cuerpo del hombre y por esos sus ojos se movieron hacia las cicatrices y las marcas en la piel, atraída por lo que ella misma había sufrido y lo que representaba cada una de las marcas en aquel cuerpo.

"Esta caliente..."

Sansa tragó saliva ante el indecoro pensamiento que entró en su mente y apartó la mirada avergonzada, sintiendo como su rostro se calentaba ante la visión y el pensamiento que la inundaba. ¿Desde cuándo se había vuelto tan libidinosa? Si la septa Mordane o su madre pudieran leer lo que estaba pensando sobre aquel hombre, la habrían reprendido por tal indecoro en una dama. Aunque debía reconocer que no debería estar en la carpa del hombre en primer lugar, a pesar de que le agradara que él hubiera pensado en ella para invitarla a ver la batalla campal.

Debía reconocer que había sido gratificante. Había estado en el palco junto a Tywin Lannister, su hijo Jaime, Margaery y el rey y su madre, pero estuvo siempre al lado de la joven Tyrell y se mantuvo alejado de Joffrey, el único hombre de aquel palco que la atemorizaba. Agradecer a Tywin...tal vez no sería lo suficiente para mostrar un poco de respeto por el hombre.

Meneó la cabeza y cuando oyó el movimiento de la tela, no pudo evitar mover la cabeza y mirar al extranjero que había estado en boca de todos los señores de la corte y todas las damas del lugar. Y no veía motivo para que no lo estuviera. Era un hombre apuesto, con el cabello dorado como el sol y los ojos como dos enormes zafiros que parecían estar brillando constantemente, refulgiendo incluso más cuando sonreía anchamente como un zorro.

"Es mejor que Joffrey"

Joffrey Baratheon no era un buen hombre ni un mejor rey, a pesar de que el pueblo de Desembarco del Rey lo había empezado a querer por la bondad de su prometida. Margaery Tyrell y su familia llegaron a la capital dando comida y dinero a los necesitados, presentándose como una hermosa mujer que estaba dispuesta a alimentar a los necesitados. Joffrey solamente se subió al carro cuando cabalgó junto a ella durante uno de los tantos paseos de la joven para dar de comer a las personas de la ciudad. Quitando eso, el joven Baratheon que estaba sentado en el Trono del Hierro, no era mucho mejor que la mierda.

Probablemente esos no eran los pensamientos que una dama doble debería tener, pero Sansa se había cansado de ser una dama del norte, de una noble que podía ser pisada por los habitantes de la capital, por las víboras que la rodeaban. Seguir las enseñanzas de su madre y la septa no la habían traído nada más que desgracias, incluso cuando intentaba satisfacer a todos.

―Daría una moneda de cobre por tus pensamientos, lady Sansa.

Parpadeó cuando la voz masculina llegó a sus oídos. Naruto finalmente había cubierto su torso con un jubón oscuro, casi negro, sin marca alguna de la casa a la que servía.

―Lo lamento, mi señor. Estaba divagando un poco y no pude ver cuando se vistió completamente―inclinó la cabeza con nerviosismo, con vergüenza por haber sido pillada―. También espero que me perdone la intrusión. He entrado sin permiso...