Cap. 7

51.9K 5.7K 753
                                    

7. LAS  CLASES DE FRANCES QUE DIERON FRUTOS EN JAPONÉS.

Caminé a paso decidido hacia la oficina de Liam. Tenía el ojo rojo por el golpe con la carpeta y debido al lagrimeo el rímel se había corrido por toda la mitad izquierda de mi cara, me había llegado otro citatorio para ir a juicio con Quien y América había decidido nombrarme una de sus cuatro damas de honor.

Simplemente mi día no podía apestar más.

—Buenas tardes... Luce... ¿Luce que haces? no puedes entrar, Liam está...

—¡¿Dama de honor?! —espeté en cuanto abrí la puerta de la oficina de Liam.

Lamentablemente no estaba solo. Tres japoneses... O chinos (aun tenía problemas con eso de encontrar las diferencias) estaban frente a él a punto de firmar algo cuando irrumpí en la oficina.

Y justo cuando creí que mi día no podía apestar más.

Todos me miraban en un  silencio que se propagó más de lo que esperaba.

—Disculpe señor, le dije que no podía entrar —se disculpó Rose, la amable mujer mayor asistente de Liam.

Liam mostró la palma de la mano silenciando a Rose desenfadado.

Fue entonces cuando uno de los tres japoneses le dijo algo a Liam en japonés.

No entendía demasiado el idioma, pero podía distinguir un par de palabras gracias a mi maestra de francés (lo sé, ni siquiera yo entiendo porque comenzó a enseñarnos japonés) y logré distinguir la palabra "ella" a lo que Liam respondió con un montón de palabras de las cuales solo logré comprender "problemas" "está" "loca".

—No estoy loca, idiota —me defendí cruzándome de brazos.

—¿Indiota? —preguntó uno de los hombres con acento marcado. Creo que era el líder ya que era el único que no usaba un cable en la oreja derecha.

—Idiota —aclaré moviendo mejor los labios.

Liam me fulminó con la mirada. Al parecer le había dejado de hacer gracia la situación.

—Idiota —repitió el hombre dándole un codazo a el nombre a la izquierda detrás de él.

El otro hombre comenzó a teclear en su teléfono y abrió los ojos de golpe mientras le explicaba algo al hombre jefe.

Liam se puso rojo adorable y me entraron ganas de tomarme una selfie con él pero escuhé que el jefe japonés le decía un par de cosas a Liam con un tono enfadado.

"Empleados" "no" "respeto" "empresa" "negocios" fue lo que logré descifrar.

Ay no. Una cosa era querer matar a Liam y otra muy diferente y lejos de mis estándares de maldad era botarle el negocio.

Entonces puse en practica las clases de japonés que tomé en clase de francés.

No es lo que parece —declaré en japonés.

Todos me miraron sorprendidos, incluso Liam me miró como si me hubiera crecido una segunda cabeza.

Me cubrí la boca con la mano como acto reflejo y miré a Liam horrorizada. —Ay no. Les dije que bebí agua del inodoro ¿verdad? Eso fue lo que le dije a mi profesora de francés. Maldita sea —miré al jefe japonés y traté de enmendar el error— No me gusta beber agua del inodoro —declaré fuerte, claro y despacio para cerciorarme de que pudieran entenderme, haciendo énfasis con las manos.

Afortunado Desastre (LR #2)Where stories live. Discover now