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MARA

Mi partido debut fue un auténtico desastre.

Las cosas no pudieron ir peor y no he dejado de torturarme desde entonces pensando que fue culpa mía.

Mis peores temores se han acabado haciendo realidad.

A pesar de que mi padre no ha hecho más que desvivirse intentando animarme y hacerme ver que lo que pasó no tiene nada que ver conmigo, en lo más recóndito de mi interior yo sé que sí.

Y si supiera que Sebastian y yo nos besamos...se sentiría tan decepcionado de mí como lo estoy yo.

Precisamente por eso no he tenido el valor de contárselo.

Tampoco ayuda en nada el hecho de que no deje de ver la entrevista que me hicieron después del partido, para machacarme.

Los periodistas se cebaron bastante conmigo y aunque yo me mantuve en mi sitio, estaba tan agotada y hecha polvo mentalmente que no fui todo lo contundente que debería.

»¿Qué crees que ha podido pasarle al equipo esta tarde, Mara?

»¿Crees que la falta de disciplina de tus jugadores se debe a la marcha de tu padre?

»¿Cómo piensas afrontar ser su sustituta?

»¿Piensas que su estela se interpone en tu camino? Estar a la sombra de un grande debe de ser duro.

»¿Te han ofrecido el puesto por ser su hija? ¿Qué opinan los padres sobre esta decisión?

Esas y un sinfín de perlas más había tenido que aguantar sin tirarles el micro a la cabeza.

Pero la peor de todas había sido la última, la gota que colmó el vaso.

»Se ve que tienes una complicidad especial con Sebastian Allen, cuéntanos, ¿qué opinas de él? ¿Es injusta su suspensión? ¿Tratarás de favorecerlo?

A pesar de toda la persecución, mis declaraciones han sido contundentes...pero ni siquiera estoy segura de que eso vaya a servir de algo, en vista de que parezco haberme convertido en la carnaza perfecta para ellos.

Lo que me faltaba...

Esa noche, tras llegar a casa, estaba tan hundida que cometí el peor error al que se puede sucumbir en estos casos: busqué mi nombre en las redes sociales. Y estaban ardiendo.

La mayoría de los cometarios me ponían verde, para variar.

No negaré que, aunque traté de tomarme con humor la mayoría, los más dañinos acabaron afectándome porque no soy de piedra (por mucho que lo desee, a veces).

Eran comentarios que ya sobrepasaban los límites, dejando de lado mi carrera para meterse directamente conmigo e insinuando cosas realmente desagradables.

Algunos eran de hombres – señores ofendidos porque en un deporte tan masculino como el fútbol americano, uno de los equipos con más talento de la liga universitaria tenga como entrenadora a una mujer y encima joven – pero la mayoría de los más crueles venían de otras mujeres.

Ojalá pudiera decir que me sorprende, pero por desgracia no es así.

No hay más que recordar el comportamiento de Kaitlin conmigo en la fiesta y su forma de intentar hacerme sentir mal solo porque se sentía intimidada – absurdamente – por mí.

Nosotras somos nuestras peores enemigas la mayor parte del tiempo.

@Carol.tumuñeca29

No hay más que ver la cara de zorra que tiene. Seguro que aprovecha para tirarse a la mitad del equipo en los entrenamientos.

Diez razones para romper las reglas (+18) ©Where stories live. Discover now