25

130 8 0
                                    

Charles

Al final, no me esperaba acabar siendo amigo íntimo de Riri. Yo también había empezado a llamarla así, aunque a Lando no parecía hacerle mucha gracia. Pero si a ella no le molestaba, ya está. Rihanna era una chica increíble, y ser su amigo significaba que cada día viniera a contarte una mierda nueva. Éramos unos chismosos. Y yo siempre intentaba ayudarla en todo lo posible con sus dolores y todo el rollo. Agatha parecía celosa, aunque no debería estarlo ya que no somos nada y ella es su mejor amiga, encima estaba embarazada.

–¿Se puede saber qué os pasa? –miré a Agatha y a Lando. Sabía que los dos estaban igual–, estais muy raros y no entendemos nada.

–No, nada –dijeron a la vez.

–Chicos…

–Parece que ha venido a estar contigo en vez de conmigo –suelta Agatha.

–He venido a estar con las dos.

–Vale. Pues me tienes olvidada.

Suspiré.

–No somos nada. No tienes ningún derecho a reclamarme nada.

–Ok.

–Agatha… –le dice Rihanna. Ella la mira con el ceño fruncido en una expresión triste. Si se había ilusionado, no era mi problema.

–Da igual, tiene razón. No somos nada.

Lando permanecía callado.

–¿Y tú, qué?

–Yo nada.

–¿Seguro? Estás muy serio –habla ella

–No. Él sabe perfectamente por qué estoy así –me mira.

Olvidaba que su última novia le puso los cuernos conmigo. A él lo podía entender, pero no iba con ninguna intención con Rihanna.

–Espero que hayas cambiado desde esa vez.

–No se me ocurriría hacerte algo así sabiendo que vais a ser padres.

–Ah, ¿que si no fuéramos padres, si?

–No he dicho eso…

–Eso has dado a entender. 

–El pasado es pasado, dejalo ya –cogí el pasillo y me fui a la habitación con Agatha.

Lando

No me fío de él. Al menos, no del todo. Sí confiaba en mi novia, en él no. Y menos viendo que esta última semana pasaba mucho tiempo con él. Algo tramaban.

–Sé que si él intenta algo, tú lo pararías.

–Claro.

–Por eso estoy tranquilo… Pero por otra parte no lo estoy.

–Lo sé.

–Te amo demasiado como para perderte.

–Lando, tranquilo. Yo no soy ella.

Yo no soy ella. Claro que no lo es. Ella lo es todo, y la otra ella no se mereció todo lo que di por lo nuestro y por hacerla feliz.

–Solo una tía sin cabeza dejaría ir a alguien como tú.

Sonreí y fui a refugiarme a sus brazos.

–Eres mi primera vez en todos los aspectos, no me voy a ir a por otro así porque sí. Eres mi tatuaje sin tinta que llevaré dentro toda la vida. Y por supuesto me has dado lo más bonito que me podía dar la vida aún así sin haberlo buscado.

ᴀᴅɪᴠɪɴᴀ ǫᴜɪᴇɴ sᴏʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora