De un simple abandonado a uno invencible

10 - Un nuevo maestro

Empecé a relatarle toda mi historia, desde que llegué a este mundo hasta mi pelea con Logan. Él estaba un poco escéptico al principio, pero mientras más escuchaba, más convencido se veía.

— Así que lo derrotaste. Y dime una cosa, él... ¿Se veía feliz?

No sabía que responderle a eso...

— Se veía aliviado.

El anciano me miró por unos segundos hasta que mostró una sonrisa en su agotado rostro.

— Gracias... Joven Ryu, por darle la paz que merecía mi discípulo.

En ese momento, casi me caigo al suelo de la sorpresa.

Este viejo que apenas puede sonreír, y creo que le ganaría con un dedo... ¿Es el maestro de esa pesadilla que enfrenté?

— ¿Tu discípulo?

— Sí. Aunque eso fue hace mucho, mucho tiempo... Yo era conocido como el Soberano de la Naturaleza... Nadie se atrevía a mirarme por encima del hombro... y mírame ahora, ni siquiera puedo dejar de arrodillarme.

— Lo escuché de Logan. Fuiste traicionado por tus discípulos, ¿verdad?

— Sí... El mundo estaba en contra de mi forma de pensar y por eso todos decidieron ir en mi contra. Pero el golpe que nunca esperé, fue de mis amados discípulos...

Me senté en el suelo para escuchar mejor su historia.

— Ellos eran todo lo que más me importaba... Tenía todo el dinero, los lujos, las mujeres, todo lo que quería estaba a mis manos, solo tenía que usar la fuerza. Pero ellos , aún así, lo eran todo para mí. Eran mi familia.

— Y Logan fue el único que se quedó a tu lado. Contra el resto del mundo... Sin duda era leal

— ¡Vaya que lo era! jejeje

El viejo se rió, seguramente recordando viejas memorias.

— Y ahora, ¿Qué piensas hacer, mocoso? - El anciano empezó a tratarme con más familiaridad

Tal vez era por lo que Logan y yo vivimos, o tal vez por nuestras circunstancias parecidas. Sentí una conexión.

— Saldré de esta maldita cueva, buscaré un lugar tranquilo para descansar un tiempo y luego me haré más fuerte para matar a todos esos ángeles. Uno por uno.

Eso último lo dije mientras mi intención asesina salía por todo mi cuerpo como un aura negra. Creí que el Soberano se asustaría, pero en realidad estaba sonriendo complacido.

— Creí que solo había sido un ángel el que te trajo a este mundo.

— Si todos ellos son la misma clase de basura, es mejor hacer una limpieza completa - Ahora era yo el que estaba sonriendo.

— ¡Jajajajaja! Me agrada tu estilo jovencito - Las cadenas sonaban por el viejo que se movía de un lado a otro divirtiéndose. 

Al verlas, se me había olvidado que tenía la llave. Así que desplegué de nuevo la pantalla del sistema.

— Dame un segundo para liberarte - Empecé a analizar las cadenas y estaba a punto de soltarlas cuando el Soberano se aclaró la garganta antes de hablar.

— ¡Ejem! Antes de que lo hagas, quiero preguntarte algo importante joven. 

¿Por qué de repente se ve más nervioso?

— Bueno... Quería saber si. ¿Te gustaría... Uhm. Convertirte en mi discípulo? 

...

— Tú, ¿Lo dices en serio? - Qué clase de pregunta es esa, y menos ahora.