34 // why not?

3.1K 388 193
                                    



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



▶『 Mónaco, Principado de Mónaco

Julio, 2023   


Daniel no tardó mucho en convencerme en que haga mi bolso y suba al primer vuelo a Mónaco  aunque probablemente era una idea estúpida para mi. Pero no lo fue.

Necesitaba ir a Mónaco y ni siquiera sabía exactamente porque hasta que me enfrente a las horas de viaje sentada sin señal ni sueño ni humor para ver alguna película. Simplemente me puse mis audífonos y mire por la ventanilla entendiendo que necesitaba ir a Mónaco. No a Mónaco, exactamente. Necesitaba ir a donde estaba Max. 

No había podido sacar de mi cabeza aquella conversación en Austria, como él silenciosamente estaba dispuesto a esperar a que entienda que sentía, que había dentro mío. Y era extraño para mi porque nunca nadie se había acercado de esa forma, y que ahora me ofrezca esperar para entenderme era demasiado para soportar. 

Era difícil pensar en profundidad lo que el amor significaba porque jamás lo entendería. Adoraba pasar tiempo con Max. Cuando nos refugiábamos en su cuarto de hotel y él delineaba mi brazo con sus dedos acariciándolo con delicadeza mientras conversábamos de cosas triviales de la manera más profunda que conocía y me quedaba aferrada a su torso desnudo sintiendo el perfume de su cuerpo tan puro e innato, tan suyo. Cuando veíamos documentales porque él sabía cuánto me gustaban y el sexo ya ni siquiera importaba. Cuando nos quedamos toda una tarde en Portofino en la cama sintiendo nuestros cuerpos fundirse en uno mismo, su respiración se volvía la mía y mi corazón latia a la par del suyo, marcaban un ritmo lento y armonioso siendo lo único que se escuchaba en la habitación, dos almas existiendo a la par del sonido del mar. Cuando le enseñe lenguaje de señas y sueco y él me enseñó holandés como si invitaramos al otro a formar parte de una zona privada y apartada de nuestro interior, yo le enseñaba mi idioma natal y él el suyo como dos personas que buscan en lo profundo de sus vidas lo más preciado para entregarse. Cuando disfrutamos de Mónaco por la noche y Max me dejo pilotar su propio auto con muchísima confianza...

No eran simples recuerdos. Me encontraba sonriendo al traerlo devuelta.

Pero luego, en la otra punta, estaba ese profundo rencor encapsulado que había capturado para no auto sabotearme ahora mismo, pero que comenzaba a embrujar todo de alguna manera.

Max no iba a dejar de ser Max aunque yo pudiera dejar de ser Capri por él. Era una decisión mía, era una elección. Él no podía hacer eso por mi y su mirada me recordaría por siempre aquello que me destruyó un Noviembre desalmado, aquello que desató en mí un incendio forestal. Esa mirada a través del casco, la voz de Horner llamándolo campeón mundial cuando segundos atrás John estaba contando las milésimas para gritarme campeona del mundo. Jamás podría sacar eso de mi y ahora se sentía incluso peor porque ya no era el trauma con el que cargaba, ya no era solo la carrera o el recuerdo, sino que Max estaba dentro de él tambien.

Capri Persson ⸻ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora