26 // an italian evening

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▶『 Portofino, Italia  』

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▶『 Portofino, Italia  

Junio, 2023   


Una parte de mi siempre intentará buscar la explicación de cómo es que hablar con Max era de las cosas más fáciles y placenteras que había experimentado fuera del deporte. Había una dinámica que habíamos pactado tacitamente entre ambos disfrutando de cualquier palabra que saliera de la boca del otro. Max es sumamente divertido cuando se empeña en hacer sentir a quienes tiene a su alrededor verdaderamente bien y queridos de alguna manera.

Y en ese momento, después de tres horas sobre un avión y unos cincuenta minutos desde Génova a Portofino, no quería aceptarlo, no era capaz de hacerlo. No quería asumir la idea de que no había una explicación exacta a la manera en la que cualquier charla simplemente fluía entre nosotros. Porque si lo hacía, si lo asumía, le estaría dando la razón a Mick después de lo que dijo, y dar la razón no era lo mío. Sinceramente no venia buscando nada más que divertirme y salir de la rutina.

Mi mirada se perdía por momentos al pasar por el pintoresco Portofino, observando su belleza en cada rincón, nunca había tenido la oportunidad de visitarlo y Max lo noto.

―¿Puedes llevar los equipajes? Nosotros nos bajaremos aquí―le indico al chofer. ―Te llamare para volver ¿Si? Nos vemos luego―se despidió antes de bajarse del auto en cuanto el chofer se estacionó y bajé con él.

―Dios, que belleza―comente respirando la brisa fresca de finales de primavera y observando las casas a mi alrededor con ese toque Italiano bellísimo.

―¿Te costó acostumbrarte a Italia cuando te mudaste?―me pregunto Max mientras caminábamos.

―Si, bastante―admití. ―Aquí parece verano todo el tiempo cuando estás acostumbrada al nevado Estocolmo. Pase del chocolate caliente al agua con limón en menos de lo que me esperaba―recordé.

―¿Te gustaria vivir en otro lugar?

―No lo sé. Me gusta Faenza, es tranquilo y hermoso. Pero extraño Estocolmo a veces, no he vuelto hace más de dos años, siempre viene mi madre porque le parece mucho más divertido. La última vez la lleve a Milán en tren.

―Es difícil irte sola de casa―reconoció y asentí sin darle mucha importancia.

―Si, supongo. En parte fue más fácil porque siempre me sentí sola―admití observando la comuna. Caminábamos en dirección a la plaza central de Portofino, por los diminutos senderos entre los edificios y las tiendas. Los colores de las casas, las tiendas y los cafés eran muy diferentes entre sí, muy antiguos y típicos de una pequeña comuna Italiana. Las personas apenas se percataban de que junto a ellos caminaba una leyenda del automovilismo, de los mejores pilotos jóvenes de los últimos tiempos, el talento en persona, y a su lado el piloto dos veces campeón de fórmula uno.

Capri Persson ⸻ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora