Él huye

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No creí que volvería a estar en un punto como este, en el que estoy ahora, sentada contra la pared de mi habitación, mirando a la nada con mi lista de reproducción favorita a todo volumen. Dejo que las lágrimas bañen mis mejillas y que los sollozos ahogados lastimen mi garganta con brusquedad. El amargo sabor de la decepción vuelve a estar entre mis labios, al igual que el sabor salado que desprenden mis lágrimas. Es increíble el poder que puede tener una persona sobre ti, claro, solo si permites que tenga ese poder.

La decepción y la tristeza son enormes cuando la persona te falla. En este caso, volvi a brindar ese poder y han vuelto a decepcionarme, haciendo que caiga nuevamente en una gran depresión. Aunque en el fondo sabía que iba a pasar, igual lo hice, igual confié e igual me arriesgué. Grave error. Eso confirma que solo soy una novata más ante las situaciones de amor, una aprendiz que no para de cometer los mismos errores una y otra vez y jamás puede avanzar.
Sí, esa soy yo. Una perdedora.

Recuerdo haber querido mucho a alguien años anteriores y recuerdo lo lastimada que quede y lo mucho que me costó recuperarme. Me vuelvo a encontrar en la misma situación solo que esta vez duele el doble. Sé que tal vez es un karma el que estoy pagando y sé que también quizás me lo merezca. No puedo negar que la culpabilidad ante algunas acciones que hice en el pasado siguen ahí, carcomiendo mi interior poco a poco, dejándome seca cada vez más. A pesar de todo, me permití enamorarme una vez más, me permití sentir nuevamente aquel cálido sentimiento de comprensión, de diversión, de pasión.

Me volví a enamorar y esta vez, al caer de aquella enorme nube, caí muy fuerte. Tan así fue la caída que ahora me encuentro nuevamente en el suelo. Ya no tengo ganas de volver a levantarme y luchar por esa persona. Ya no me queda gana alguna de tratar que esta relación funcione. Lo más chistoso es que ni siquiera tengo una relación con esta persona, y otra cosa chistosa es que lo trato de "mío" cuando ni siquiera es nada mío.
Mientras más pasa el tiempo, las esperanzas de que seamos algo más que conocidos se desmoronan.
Mientras más pasa el tiempo, las ganas de luchar y tratar que funcione se agotan.
Mientras más pasa el tiempo, el interés que tenía hacia él va disminuyendo.

El amor que surgía antes con tanta intensidad hoy simplemente empieza a llenarse de tristeza. Hoy simplemente empieza a ahogarse entre las lágrimas saladas que dejo caer cada noche. Y sí, lo sé, no necesito más señales para entender que con él no es. No necesito a más personas que me regañen por mis actos estúpidos de lucha. No necesito enterarme de más cosas que me hagan perder la fe. Ya no necesito nada porque lo sé, lo tengo más que confirmado.

Ante cada secreto que me entero, confirmo cada vez más que debo irme, debo partir y debo alejarme de él. Lo sé, claro que lo sé, pero sigo aquí. Me he enterado de tantas cosas y he sospechado sobre tantas otras que se han confirmado con el pasar de los meses. He visto cómo todo el interés que había al conocernos por primera vez, en los primeros meses, hoy simplemente ya no está. Ni siquiera pregunta algo; simplemente soy yo nuevamente la que trata de crear algún tipo de conversación en donde me cuente más sobre él. La diversión que había ya no está.
Cada día lloro más.

La pasión y la intensidad que alguna vez hubo, no logro encontrarla. Son solo destellos fugaces sobre aquellos sentimientos que alguna vez creí que existían. Ni siquiera sé si él al menos siente atracción por mí. El amor que había, hoy simplemente ya no sé dónde está. ¿Estará en algún lugar escondido o simplemente jamás existió y soy yo la única enamorada?

Sí, sé que estoy diciendo cosas estúpidas porque sé que ese chico me aprecia y hasta puedo arriesgarme a decir que me quiere, pero él no luchará por mí. Él no se arriesgaría por mí jamás, y es tan doloroso tener que aceptar aquello. Es tan doloroso aceptar que nunca nadie podrá darme el amor que yo doy, jamás nadie me corresponderá con la misma intensidad. Es tan triste darme cuenta de que soy la única que siente mucho y aquella persona simplemente está ahí, sin mover un dedo para hacer que esto funcione, sin siquiera respirar fuerte para que yo no lo escuche.

Como si tuviera miedo de que lo encuentre y lo obligue a estar conmigo, porque sí, es así como yo lo siento a él conmigo.

Huye, corre, desaparece cada vez que menciono el compromiso, y antes me resultaba chistoso, hoy me resulta triste.

Y solo queda decir que tal vez, solo tal vez, en otra vida yo sería su chica. Tal vez en otra vida él se enamore de mí de la misma forma en la que yo lo estoy de él, y solo tal vez, él se arriesgue por mí.

ÉlWhere stories live. Discover now