Capitulo 17

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- ¡Y anotan! Esta es otra aplastante derrota de parte de la favorita de todos, la Royal Academy _anuncia el comentarista del encuentro

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- ¡Y anotan! Esta es otra aplastante derrota de parte de la favorita de todos, la Royal Academy _anuncia el comentarista del encuentro.

Una vez terminado tan humillante partido, para el equipo rival, 11-0, ponía el marcador, a favor de la Royal.

- Firma, loa perdedores no tiene derecho a nada _ordena el líder del victorioso equipo.

El director contrario no tuvo más opción, firmando el permiso de demolición antes de ver como su querida institución era derrumbada frente a sus ojos.

Y así, la Royal Academy gobernaba en lo más alto del mundo del fútbol, con su entrenador y Comandante Ray Dark a la cabeza del grupo capitaneado por Jude Sharp.

¿Llegaría alguien capaz de vencer a semejantes chicos?

Al otro lado de la cuidad, existía un equipo igual de entusiasta por ganar, pero en condiciones que no los beneficiaban en lo absoluto. 

- ¡Chicos, vamos a entrenar! _anuncia el capitán de los mismos.

Instituto Raimon, un blanco perfecto para las burlas de todo tipo de gente.

- ¡Venga a entrenar! ¿Pero, que les pasa?  Con el tiempo que hace que no tenemos entrenamiento _afirma el castaño.

- ¿Y conseguiste esta vez, reservar el campo? _consulta su compañero Dragonfly.

- Si le pedimos a los demás que nos dejen un sitio... _propone el capitán.

- Ya decía yo _niega el más bajito.

- ¿Para que? Para que se vuelvan a reír de nosotros _afirma un chico de bandita en la nariz.

- Dirán que siendo un equipo de 7 nos basta con una pista de tenis _comenta Samm.

- Sería mejor que esperaremos a que el  campo estuviera libre _propone Jack.

- Pero nunca estará libre _finaliza Timy.

- ¡Somos un equipo y hay que entrenar! _regaña fuertemente el capitán.   

En fin, dos equipos que evidentemente estaban a extremos muy disparejos.

°◇°◇°◇°◇°◇°

Y aún más lejos, casi al otro lado del mundo...

- Entonces sacamos 8... y nos daría _habla Beatrice, mientras saca las cuentas.

Hacía bastante ruido con la calculadora pero no creyó que fuera un problema, hasta que notó que su hija caminaba por el pasillo.

- Hija, ya te desperté _anuncia a modo de disculpa.

- En realidad no _niega mientras talla sus ojos y se acerca a la mayor_ ¿Que haces, mamá? 

- Tu padre está muy estresado con sus reuniones así que me ofrecí a hacer las finanzas de nuestro lado de la casa _afirma mientras le hace espacio para que se sienten juntas_ Aunque las facturas me están volviendo loca _admite.

- ¿Tenemo problemas de dinero para pagarlas? _pregunta preocupada.

- Claro que no, hija. Podemos costear esto pero no significa que podamos gastar como si fuéramos millonarios _afirma en una leve risa.

- Tiene sentido _asiente la menor.

- Bueno, deja que yo me haga cargo de lo aburrido y vete a dormir, mañana tienen que ir a la escuela _indica la amorosa mujer. 

- Si, madre, que descanses _se despide antes de volver a su habitación.

Y así era la vida relajada de Vivien Rosellini, ella y su mejor amiga/prima, iban juntas a clases, como coincidencia tenían la misma edad e iban en el mismo salón, por lo que jamás se aburrían. Pero claro que había una diferencia abismal en un aspecto entre ellas.

- Odille, date prisa que es tarde _insiste la madre de esta por decima vez_ Luego no te quejes si el desayuno se enfría.

- ¡Ya voy, me termino de peinar!

- ¿Vivien, tienes todo lo que necesitas? _pregunta Giancarlo.

- No, papá, pero gracias _niega con una sonrisa mientras termina de comer. 

- Buenos días, buenos días _saluda Dylan mientras se sienta en el comedor.

- Mírate, tarde otra vez, hoy no te daré ni medio centavo para el almuerzo _advierte Paul, a modo de castigo.

- Pero, padre, eso no es justo _reprocha mientras persigue a su progenitor por la casa. 

Los Rosellini rieron ante aquella escena, realmente les había tocado ser padres de la niña perfecta.

Meses después, llegó la celebración más esperada por la pequeña familia, el cumpleaños de su preciosa Vivien. La familia entera se reunió para una pequeña fiesta en casa, igual que los amigos de la festejada y uno que otro colado.

Pero lo que Vivien no sabía es que aquel día recibiría un regalo que quizás nunca creyó recibir.

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Dolor en la Sangre [Inazuma Eleven]Where stories live. Discover now