Capítulo dos.

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- Vale, escúchame Lucía, voy para allá, ¿me oyes? Tranquilízate, no es bueno en tu estado ponerte así, sé que es difícil, pero en dos minutos llego, intenta calmarte. -intento mantener la calma, solo para que ella logre controlar la respiración, para no ponerla más nerviosa. Pero joder, es mi primo quien está allí.

- Sí; sí...

Estoy con la cara encharcada de lágrimas. Hay una presión en mi pecho que no me deja respirar. Me tiemblan las piernas, y me tiembla el corazón. Me visto con lo primero que veo, ¿vaqueros y una camiseta básica? Por ejemplo. Tocan a la puerta, es él, por fin ha llegado Rafa, cojo el bolso y salgo directamente.

Llegamos al hospital, estaba deseando verle, pero no me dejaban pasar. Me informaron de la situación, esta vez más detallada y finalmente la definieron como "complicada", "pero estate tranquila, que estaba en manos de profesionales." ¿Hay algo peor que qué un médico te defina una situación con ese término? Trataron de calmarme, pero Rafa se dirigió nuevamente al hombre que nos informó. A paso rápido, rojo, con la vena del cuello a punto de salirse del sitio.

-¡¿Se puede saber por qué no nos dejan pasar?! ¡Ustedes ni profesionales ni hostias, esa de ahí es su mujer, ¿me oye? Y queremos pasar ya!

-Tranquilícese, entienda que aún no pueden pasar.

-¡¿Entienda?! ¡¿Entienda?! ¡Y ustedes no entienden una mierda! ¡Joder! ¡Que asco todo, que puta mierda!

Aún hablando, maldiciendo todo, se dirigió al baño, a paso rápido, pasando sus manos por la cabeza, por la cara. Pura desesperación.

Tenía miedo de cómo pudiese estar, por una parte quería verle, pero por otra, tenía miedo.

Pasó toda la madrugada hasta que finalmente salió el responsable de decirme que sí, definitivamente, David había entrado en coma.

- Lucía, pasa tú primero, luego entraré yo...

- ¿Pero y cómo está? Me da miedo pasar.

Realmente me da miedo pasar, me da miedo que su estado en este momento me impacte, no tengo ni idea de cómo va a estar, de cuántos cables depende, y de cuántas heridas le provocaron el accidente.

- ¿Quieres que pase contigo?

- Sí.

Coloca su brazo por encima de mis hombros, y caminamos hasta la habitación donde él se encuentra. Entramos, y me quedo mirándole. A los segundos, rompo a llorar, y Rafa me abraza.

- Eh... tranquila... tranquila... seguro que se le rompe el corazón al oírte llorar y no poder hacer nada.

- ¿Al oírme...? Pero Rafa, si mira, está en coma. - Dijo secándome las lágrimas con el brazo izquierdo, mientras señalo a David con la otra mano.

- Ah... ¿no lo sabías? Dicen que cuando alguien está en coma, oye absolutamente todo...

Se acerca a él, y le da un beso en la frente. Se hace el duro, pero sé que está a punto de llorar, con ese nudo en la garganta que tanto molesta.

- Os dejo solos, por si quieres decirle algo.

Rafa sale de la habitación, no sin antes, mirar por última vez hacia atrás, con esos ojos tristes a punto de derramar lágrimas.

Decían unas voces en mi cabezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora