Capítulo 6.

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Jimin no podía creer lo que había hecho, él se odiaba.

Se odiaba tanto por haberlo disfrutado, se odiaba por desear que sea su alfa. Por esa sensación cálida al tener una unión con el alfa que quería. Esto era horrible, a pesar de todas su ganas y cariño por Jungkok, realmente no quería que pase.

Y aún unido a Jungkook por el nudo estaba intentando no Ilorar, las caricias en su cabello lo hacían odiarse más. Mientras que Jungkook era el alfa más feliz de todo el mundo... aun así él era consciente que tener sexo con su hermano mayor no era algo que estaba bien, pero ¿Quién lo decía?

 Nadie lo iba a separar de Jimin ahora, él se sentía tan bien y cómodo junto a Jimin que quería gritar de la emoción. Acariciando con su nariz el cuello ajeno. Miró a su omega para ver si estaba despierto. La sensación de angustia y preocupación lo hizo fruncir el ceño, ahora que estaba unido a Jimin podía sentir sus emociones. ¿Por qué su omega se sentía así?

—¿Qué sucede Jimin?—Pregunto dando besitos en su cuello. El nudo comenzaba a bajar. — ¿Por qué estás triste? Cuando crezca un poco más podremos tener nuestra casa, te cuidaré y te daré todo lo que quieras. Hasta podríamos tener cachorros. — Río feliz. — ¿No crees que sea bueno para ti?

Las lágrimas comenzaron a caer. ¿Cómo es que puede hacerlo todo tan lindo y sencillo?

—No es tan fácil Jungkook. —Dijo con la voz rota. —Somos hermanos, ¿Lo olvidaste? —pregunto moviéndose para poder mirarlo ahora que el nudo había desaparecido. Jimin ni siquiera sabía que él podía anudar, pero como siempre, Jungkook no era igual a los demás alfas.

—¿Qué dirán mamá y papá? —preguntó horrorizado. ¡Sus padres iban a matarlo! Se sobresalto cuándo Jungkook lo abrazo.

Basta Minnie. Nada ni nadie me separará de ti. No importa nadie. —Dijo apretando la mandíbula y a Jimin le dio algo de miedo ver los ojos rojos en Jungkook. Al ser un alfa nacido podía tener el poder para defenderlos. Eso era bueno.

Negó ante el pensamiento, él estaba pensando de más. No iban a estar juntos. Y el celo sería un problema. ¿Qué le diría a su madre cuando llegue y huela el olor a sexo? El ronroneo de su omega lo enfadó.

Cuando ya pudo alejarse de su hermano menor lo único que quería hacer era dormir y desaparecer del mundo. Jungkook aún lo estaba abrazando y le acariciaba lentamente la cintura. Jimin no podía dejar pensar. ¿Qué iba a pasar si alguien se enteraba?

Ni su amigo Jin podría estar de acuerdo y era el único que apoyaba a Jimin. No quería perder a su amigo, debía guardar este secreto para sí mismo, pero, ¿Cómo demonios iba hacer eso? ¡Tenía una maldita marca!

— ¿Puedes darme los supresores Jungkook? —Hizo una pausa. — Están en el cajón, el primero. —Murmuró distraído.

Una vez que los había tomado ya pudo pensar con claridad. Sus padres se iban a dar cuenta de la unión en algún momento y era inevitable que eso suceda, no tenía claro cómo ellos reaccionarían, pero definitivamente no los iban a felicitar. ¡Jungkook era su hermano! ¡Y tiene 14 años!

Es un niño todavía, Jimin ni siquiera sabía que podía anudar y eso lo alarmó bastante lo que sería el colmo es quedar preñado. Debía pedirle a Jin hyung que le traiga una pastilla y no quería explicar nada.

—Tranquilízate Minnie. —Dijo Jungkook suavemente. —Debes calmarte y respirar, tus nervios hacen que me altere mucho y no quiero verte así.—murmuró mirándolo con amor. Jimin asintió sintiendo la calma repentina y cerrando sus ojos permitió que Jungkook lo acaricie.

***

Soomin miraba a sus hijos con desesperación mientras no podía detener las lágrimas. Sus hijos estaban sentados en unas sillas, bien alejados. Ella no podía dejar de caminar y taparse con sus manos, no podía creer lo que estaba pasando, no estaba lista. Era una madre horrible, no servía para esto.

Jimin no dejaba de llorar y Jungkook tenía una expresión molesta. Ella sabía que cuando Jungkook le ordenó que se vaya nada bueno iba a salir bien. Jungkook jamás le había ordenado algo con su voz de mando. ¡Ese mocoso tenía 14 años!

Jaeyong estaba llegando a la casa y ella podía sentirlo, él estaba asustado por la desesperación y angustia de su omega. Ella no sabía qué le iba a decir cuando él llegue, tenía tanto miedo y ver la marca en el cuello de su hijo no la dejaba tranquila. Nunca debió permitir que Jungkook le muerda cuándo quiera, no debió permitir todo esto. Ellos habían formado un vínculo de pareja y ahora lo habían sellado... la única opción era... ella negó con la cabeza. Eran unos niños. No podía hacer eso.

—L-lo siento...—dijo cuándo encontró su voz. —Soy una mala madre. —Y nuevamente comenzó a llorar con desesperación. Animando a Jimin a llorar aún más. Jungkook gruñó.

—Mamá deja de llorar...— Se quejó el menor.—Estas asustando a Jimin y no me gusta. —murmuró molesto, pero con voz suave. Mirando como su omega se encogía en esa silla.

Al sentir el aroma de su padre se levantó... una sensación de peligro lo alarmó y quería, necesitaba sacar a su omega de allí. Su madre lo miró y aunque sabía que podía no hacerle caso decidió permanecer en su silla e intentar calmarse y calmar a su omega.

Todo iba a estar bien, no estaban haciendo nada malo. Él quería a Jimin y siempre lo iba a querer y respetar como el lindo omega que era. Merecía todo. Se removió incómodo cuando su padre entró en la sala, lo primero que hizo fue abrazar y tranquilizar a su omega para luego decirle que vaya a descansar.

—No seas malo con ellos. —Murmuró la omega abatida y parecía que pronto volvería a llorar. — Es mi culpa por no ser una buena madre.

—No digas eso. No es toda tu culpa. — dijo con una mueca algo triste y le dio un beso en la frente. — Ve a descansar... yo me ocupo.

El alfa de la familia miró a sus dos hijos... él quería llorar del dolor... estaba tan decepcionado y seguramente eso expresaba su mirada porque sus dos hijos bajaron la mirada. Frustrado se revolvió el cabello e intentó mantener las lágrimas.

—Y-yo no puedo creer lo que está pasando. — murmuró mirando al suelo. El lazo familiar ya no existía, ahora tenían una pareja y podrían construir su propia manada entre ellos. —Saben que yo no puedo permitir esto...¿cierto?

Jimin asintió lentamente, con la cabeza baja. Jungkook lo miró frunciendo el ceño.

—¿Por qué no puedes? Nadie me alejara de Jimin. Él es mi omega. Yo lo marqué. —gruñó levemente y la confusión inundó su sistema cuándo su padre le sonrió tristemente.

—Eres muy valiente hijo. Un gran alfa sin dudas. —Murmuró su padre con orgullo. —Pero aunque...con su madre lo aceptemos... esto está prohibido. La ley no lo permite. —dijo firme. —Tú no puedes defender a Jimin, Jungkook. Tú deberás alejarte de él. Nadie debe enterarse de esto, por el bien de toda la familia, más que nada de ustedes dos hijos.

Y ahí fue cuando el mayor miedo de Jimin se cumplió... y cuándo el mundo de Jungkook cayó a pedazos.

 Pequeño alfa.- kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora