Extra 3

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Dion se había vuelto un romántico empedernido, llevando a Ary a citas semanales, comprando obsequios e incluso llegando al punto de hacer algunas de las joyas para su omega él mismo.

Quien lo viera jamás pensaría que era uno de los jefes de la mafia más grande del mundo.

En los últimos meses de su embarazo de sol no habían podido hacer mucho ya que el omega necesitaba reposo para tener un buen parto.

Se acercaron a una cabaña en las orillas del bosque.

-¿Te gusta?.

El lugar estaba iluminado por suaves luces, las puertas y ventanas tenían pequeñas flores rodeandoles y los ladrillos externos parecían recién limpiados.

-Es hermosa.

-Aquí será nuestra cita.

Ary sonrió y rodeó el cuello de su esposo con sus brazos quedando en puntillas.

-Eres perfecto.

-No más que tú.-lo beso lentamente.-Me has dado más felicidad de la que jamás llegaras imaginar.

-Creo que me hago una idea.-susurro viendóle con estrellas en los ojos.

Entraron al lugar para encontrar una manta decorada con varias frutas, en especial mandarinas.

-¡Este lugar puede ser más perfecto!.-El omega salto emocionado hacia la manta.

Dion se rió y siguió a su pareja.

Esa noche hablaron de todo, lo increíble que era su vida, los retos que habían tenido que pasar y los posibles desafíos que se les avecinaba, la vida no era color rosa para nadie pero ellos sabían que juntos y con el respaldo de su manada no habría nada que no pudieran superar.

Dion observó fijamente la camisa del omega.

-¿Amor?

-¿si?

-¿Estás húmedo?

Ary se sonrojo tocando la parte trasera de su pantalón.

-No.-Al ver al alfa mantener los ojos en su camisa, bajo la mirada para ver las manchas de leche haciendo parches en la prenda.

-Oh diablos, y eso que la alimente antes de venir.

El alfa se acercó y puso uno de sus dedos en la mancha haciendo que el omega se quejara.

-Basta, harás que salga más.

-Quizá es lo que quiero.

-Dio...-Ary no logró terminar su amenaza antes de que el alfa lo tumbara en el suelo y levantará su camisa.

-Mira estos pobres pechos, están completamente desbordados, no se preocupen mis amores, yo los salvaré.

-¿ahora les hablas como si yo no estuviera?

Su esposo levantó la mirada un segundo dándole una sonrisa totalmente lobuna antes de bajar su boca y empezar a succionar.

El alfa había desarrollado un gusto particular por la leche de Ary desde su primer embarazo, y dado que el omega produce grandes cantidades, sus succiones en realidad calmaban el dolor.

-Más despacio.-su voz salió entrecortada.

El ruido de Dion en su pecho hacía eco en las paredes, haciendo estremecer al omega.

-¿No dejarás nada para tu hija?

-Ella debe aprender a compartir.

Ary le dio un suave puño en el hombro por el comentario. Dion lo miró sin inmutarse y siguió con su tarea; acomodo su cuerpo con una de las manos que tenía libres haciéndolo abrir las piernas para acomodarse en la mitad.

Mañana Azul - Omegaverse (+18)Where stories live. Discover now