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Los Alfas no habían querido moverse de la habitación de Minnie por nada del mundo esperando con ansias ver a su Omega abrir sus ojos pero parecía que el proceso iba más lento. Los minutos se volvieron horas y finalmente esas horas pasaron a ser tres interminables días en los cuales la desesperación de los Alfas se acrecentaba más y Minnie seguía sin despertar.
Pero no perdían la esperanza y tampoco dejaban de hablarle cosas bonitas y de dejarle caricias, de esa manera ellos podían sentir como el lazo con Minnie poco a poco iba regresando, lo sentían de nuevo débil pero ahí estaba otra vez. El aroma de Minnie también de apoco se hacía presente en la habitación, esporádica y escasamente los alfas podían percibir el suave aroma a algodón de azúcar y cerezas.
La madre de los Alfas tuvo que entrar una vez cada día para relevar a los alfas mientras ellos iban a casa a asearse y luego volvían a tomar su puesto ya que no querían demorar nada, no comían mucho y dormían poco; esperando pacientes el progreso de Minnie.
Taehyung, Mingseon y los demás también habían ido a ver a Minnie y dejarle regalos los cuales estaban dispuestos todos sobre una mesa más allá. Cajas de chocolates, galletas, dulces, flores, globos, osos de peluches y tarjetas.
—Vamos bebé tus Alfas te están esperando. —Repetía por milésima vez Yoongi sin soltar su mano.
Estaban cansados, tenían ojeras y los dos estaban un poco demacrados pues la espera los desgastaba pero el deseo de ver a Minnie despertar los sobrepasaba.
Agust del otro lado de la cama dormitaba un poco también sin soltar de la mano a Minnie, en un Momento el sueño le ganó y su acabeza quedó cómodamente colocada cerca del estómago de Minnie.
Yoongi también, cerró sus ojos un momento para descansar pero se resistia a caer en los brazos de morfeo aún, pero también acomodó suavemente su cabeza sobre la cama cerca del pecho del omega.
La habitación olia deliciosamente a cosas agradables, las cosas más bonitas y deliciosas del mundo. Se sentía paz, armonía y quietud en aquella habitación, por ello el corazón de Minnie estaba tan relajado y regocijado así que sonrió aspirando aquel aroma que lo hacía tan feliz, una mezcla como de un postre delicioso, Galleta, Chocolate y Cerezas. ¿Había un postre perfecto? Porque si lo había entonces para Minnie era ese.
Abrió sus ojitos miel tratando de acostumbrarse a la claridad de la luz de la habitación en la que descansaba. Vio el techo blanco, miró a su lado unas máquinas que hacían ruidos curiosos, otra que medía su pulso y varias cosas conectadas en sus manitas, con delicadeza comenzó a quitar todas esas cosas en sus manos y en sus brazos, tenía un gancho que le apretaba su dedo, era la cosa que le monitoreaba el pulso, lo arrancó despacio, el suero también lo arrancó y cuando sintió sus manos libres se pudo sentar mirando bien a su lado.
—¿Chocolatito?
Yoongi quien finalmente se había quedado dormido no sintió hasta que una de las manos del Ommega acarició dulcemente su mano la cual descansaba sobre una de sus piernas.
