hate to be lame

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CAPÍTULO XI

—Ya te lo he dicho. Yo, que convivo con Ethan, quien convive con Caleb me ha dicho que lo ha visto más sonriente. Es como si, no hubiera pasado jamás lo de Leah.

—No lo se Bea. No me lo malinterpretes, los he visto intercambiarse miradas, simplemente no creo que en tan poco tiempo las cosas cambien tan drásticamente como lo piensas. ¿Cómo es posible eso?

—Cuando las dos partes están en medio de una fina linea de confusión entre lo que conocen y lo que no. Entre lo que quieren y desean. En este caso, lo que buscan y lo que quieren dejar atrás es muy fácil apegarte a lo primero que hace desaparecer esa línea y tener algo claro, ya sea bueno o malo. Los dos, tienen eso en común, es lo que los une.

Harper se encontraba en el departamento de Bea. Se habían reunido con el propósito de irse de compras para el viaje que se aproximaba. Con el tiempo, terminaron hablando de lo que la española y su novio veían en su amigo.

La pareja, se habían quedado la noche anterior hablando sobre cómo la actitud de Caleb había cambiado drásticamente después de anunciar su amistad con Claire. Les parecía un poco extraño, ya que jamás le había hecho click con nadie. Ni si quiera con Lea.

—Suena lógico. Y más por todo lo que ha pasado con Caleb.

—Te lo dije, pero no haces caso nunca.

—Perdón sabelotodo— ironizó.

Las dos chicas rieron y siguieron con sus asuntos cada una.

***

Caleb y Ethan hablaban también en el departamento del morocho. Como las chicas, estaban "planeando" lo que harían y como se irían al viaje ya que según Bea, era muy necesario pero ellos siendo hombres les hicieron caso omiso a las chicas y en lugar de hacer eso se pusieron a jugar FIFA.

Caleb le iba ganando con tres goles de diferencia. Los gritos se escuchaban por todo el departamento, incluso en el de al lado. Cuando se trataba del futbol no podían controlarse, volvían a ser niños chiquitos.

—¡Está a nada de terminar el partido y como siempre te voy a ganar!

—¡Porque siempre haces trampa!— le gritó preso de la emoción.

—¡Callate y acepta tu derrota!

Los segundos iban corriendo con rapidez en el marcador por lo que en cualquier momento terminaría esa partida.

—Y una vez más. Caleb Adams es el ganador señoras y señores— habló el mayor cuando el conteo paró.

—Haces trampa. Cada vez.

—Acéptalo, soy mejor que tú.— se burló.

—Lo aceptaré cuando ese hecho sea real.

—Idiota.

Los dos chicos rieron al unísono, su amistad estaba mejor que nunca. Hubo un momento en que se derrumbaba y todo por lo que Caleb iba pasando, sin embargo, incluso Ethan lo llegó a notar, el chico estaba más sonriente que de costumbre. Obviamente evitaban tocar el tema de Leah y que seguía en el hospital. Caleb no lo sabía por supuesto, tanto Bea como Ethan prefirieron no contarle que sus padres seguían con la esperanza de que Leah despertara.

Y todo porque claro, aunque tenía el derecho a saberlo, tanto su mejor amigo como una de sus amigas más cercanas lo notaban más feliz, más seguro de sí. Más libre. No eran ciegos, sabían perfectamente por qué era, les seguía sorprendiendo, no comprendían la conexión, eso no importaba, a sus ojos, su amigo tenía tintes de felicidad que ni 1,00o besos de Leah pudieron lograr pero que al parecer Caleb era el único que no lo notaba.

El brillo de las estrellasWhere stories live. Discover now