Capítulo 23

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El lunes 9 de Enero nos dan por fin las llaves de nuestro nuevo hogar. El hogar en el que Dani, Julián y yo vamos a ser felices el resto de nuestros días. Julián entra en casa después de trabajar. Son las 9 cuando entra y en su mano lleva las llaves, las llaves de ese precioso ático que ya es nuestro.

- Nena, ya lo tenemos.- me dice cogiéndome en volandas y besándome como lleva haciendo todos y cada uno de los días.

Daniela que estaba poniéndose el pijama aparece.

- Papi...- le dice y corre hacía él que la coge en brazos y le da un gran beso.

- ¿ Te acuerdas de esa casa que te gustó tanto cariño?- le pregunta Julián a Dani.

- Sí papi.

- Pues ya es nuestra.- Daniela grita por todo el salón mientras corre. Que ganas tengo de mudarme, estoy entusiasmada.

- Mañana iremos de compras para redecorar la casa a nuestro gusto.

Todos mis sueños cumplidos, todo lo imaginable me está pasando. Mi vida con Julián, Dani, Pepa, Marta, y mi nuevo coche. Y ahora un nuevo hogar y nuestro. Yo ya no tengo nada en mi cuerpo que nos haga recordad aquella fatídica noche. Cristian tampoco ha vuelto a aparecer por la consulta y me pregunto que habrá sido de él y por lo que sé él y Yolanda tampoco salen juntos. A veces por las noches tengo pesadillas recordando lo ocurrido pero no se lo he dicho a Julián. Él está haciendo como si nada por el bien de nuestra relación y yo lo acepto.

Con la ayuda de Sara, su marido, Leo, Marta, sus padres y mi madre poco a poco durante la semana vamos haciendo la mudanza. Cada día parece más un hogar y me encanta. Estoy entusiasmada y quien nos la vendió nos dejó ese jardín de la azotea que tanto me gustó. Con su fuente de piedra y todo. Tuvo que pagar de mas Julián, pero me gustó tanto que él quiso hacerlo por mi. A Julián en su trabajo le va fenomenal y a mi desde lo que pasó en la fiesta (que para mi desgracia todo el mundo se enteró) me han dado muchas facilidades y me han dado un par de semanas de vacaciones para la mudanza.

El sábado por la noche hacemos una gran cena en el salón para estrenar nuestro nuevo piso.

Estamos mí madre, Dani, Mercedes (que se ha recuperado muy bien tras la operación, sigue con la quimio y aunque ya no tiene pelo, se ha comprado infinidad de pelucas), Juan, Marta, Leo, Sara, Javier, Julián y yo. Invité también a los padres de Iván pero no quisieron venir. Desde que les conté lo de Julián solo han visto a Dani un día y aunque les digo a menudo de verles siempre me dicen que ahora me toca a mi ser feliz. Soy feliz, pero también caben ellos, no entiendo porque me dan tanto espacio. Julián me dijo que les diera tiempo, que aunque aceptaran lo mio con él seguro que les duele y aunque se alegran por mi no están listos para verlo aún. Supongo que así es.

A todos les ha encantado el ático y es que es maravilloso. Estamos en los postres cuando Julián decide hacer un brindis.

- Escucharme todos, quiero hacer un brindis. Pero antes os quiero contar una historia.- Todos lo miramos y a mí no se porque me pone nerviosa. Veamos que historia cuenta.

- Hace 21 años conocí a esta pequeñaja de aquí- dice señalándome- y pensé que era la niña mas plasta que mi hermana podía haberse echo amiga.- todos se ríen- enserio, muy plasta- se ríe- luego no se porque, nos hicimos inseparables, podría decirse que gracias a Alex, la relación con mi hermana pudo hacerse mas fuerte día a día y no como esos hermanos que se odian y se pelean todo el día, aunque las peleas no nos las ha quitado nadie eh hermanita?- le dice a Marta- Cuando yo tenía 15 años y ella 13 empecé a notar que mi cariño hacía Alex era algo mas que una simple amistad, pero no quería creerlo, me daba miedo. Si, al gran Julián le daba miedo. Era amiga de mi hermana y tenía dos años menos que yo... Aquel fin de año, cuando ella tenía 16 lo tuve claro. Marta y ella habían salido a celebrar el fin de año a una discoteca y mamá... ¿Por qué la dejaste? Era muy pequeña aun.- Mercedes se ríe y Marta le pega en el hombro.

-  ¿Pequeña? anda cállate.- nos reímos. Julián sigue hablando.

-  Estaba yo con mis amigos, y no os voy a engañar con una chica. Sandra creo que se llamaba, o Susana.- volvemos a reírnos. Yo lo recuerdo bien, era Susana. La estúpida de Susana que solo tenía tetas y nada de cerebro.- La cosa es que Marta me llamó, que no encontraba a Alex por ningún lado y que la última vez que la vio iba un poco borracha- mi madre me mira y yo me quiero morir.- Y lo dejé todo. Por ir a buscarla. En el coche de camino a la discoteca recuerdo perfectamente el momento justo en que me di cuenta de que la quería por encima de todo de que la quería en mi vida, que la amaba, que te sigo amando.- me dice mirándome a los ojos.- Te encontré justo en el momento oportuno. Te salvé de las garras de ese cretino. Estabas muerta de frío. Te vi todo el rímel corrido, sabía que estabas llorando, que habías llorado. Y yo te besé. Te sentí mía con ese beso. Esa noche no pegue ojo. Solo pensaba en ti, en que quería tenerte en mi cama, pero sabía que eras joven y que no podía ir deprisa contigo. Sabía que tus padres pondrían quejas sobre lo nuestro y me entró miedo. Al día siguiente cuando nos vimos de nuevo y te besé todo el miedo se me fue y pensé que me daba igual lo que pensarán los demás o lo que dijeran, tú tenías que estar en mi vida. Tú eras lo que necesitaba. - todos aplauden y yo intento aguantar esas lágrimas que tienen ganas de salir.- Los siguientes tres años fueron los mas maravillosos de mi vida. No me arrepiento de haberme ido a cumplir mi sueño, pero si de no haber echo una cosa antes, una cosa que quería hacer pero no hice por miedo, por que era pronto y porque éramos jóvenes. Pero ahora, ahora es el momento perfecto. Y te lo prometí nena, y sabes que siempre cumplo mis promesas. Por eso, aquí y ahora.- Julián saca algo de su bolsillo. Y se arrodilla junto a mí. Todos sonríen, todos me miran y le miran. Oh dios mio - quiero decirte que eres la mujer mas maravillosa que hay en la tierra, que te quiero y que quiero pasar el resto de mi vida contigo, que quiero criar contigo a esta princesita de aquí y que quiero y deseo con todo mi corazón que te cases conmigo que solo tu eres lo que necesito.- Me mira y me enseña el anillo. Yo le miro con lágrimas en los ojos.

-  Si, si quiero Julián, te he querido siempre y nunca dejaré de hacerlo. - Y delante de todos y sin importarnos nada, Julián me besa entre aplausos y gritos de alegría.

Cuando todos se han ido mientras Julián está acostando a Dani yo he subido arriba a sentarme en un banco de piedra que tenemos en el jardín. Estoy envuelta en una manta fumando un cigarrillo mientras miro como brilla el diamante de mi anillo bajo la luz de la luna. Julián sube, y me mira desde la escalera.

- ¿Eres feliz nena?

-  Mucho. - le miro y le veo sonreír.

-  Voy a recoger todo nena, tú cuando quieras baja.- me dice.

-  Espera ven aquí un rato conmigo. Ya lo recogeremos mañana.- Se acerca a mi y nos acurrucamos los dos en la manta.Y sin ningún motivo, porque cuando una está enamorada no los necesita, porque cuando el amor fluye por tus venas solo sientes que puedes con todo ahora y siempre y que cualquier momento es bueno para demostrar al otro que le amas y por eso y por nada empezamos a besarnos. Yo me siento encima de él y no tardo en sentir su polla apretando contra el pantalón, dura y deseosa de mi. Yo húmeda le reclamo y me muevo encima de él. Y ahí, con el frió y con la luna y las estrellas de testigos hacemos el amor por primera vez como prometidos.



*El amor nunca muere, porque el amor nunca falla, sólo eres tú que le fallas a él y que le matas lentamente con tus mentiras y con tus miedos.*


Belén Barroso.

Tú eres lo que necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora