Prefacio. Al borde del abismo.

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❛AL BORDE DEL ABISMO❜

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❛AL BORDE DEL ABISMO❜


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JEROME & MARIUS

                         El 10 de mayo de 1968 fue recibido por una cálida mañana en París, Francia, con nubes que tapaban al sol y evitaban que quemara la piel; pero incluso el signo de un presagio benigno puede engañar sobre el verdadero destino, que se presentó como una pesada calígine que Jerome Joly Dupont y Marius Da Silva no pudieron presenciar aquel amanecer, para alertarse sobre el verdadero porvenir.

Eran días, sin embargo, con los ánimos caldeados. La gente susurraba al verlos pasar, conscientes de que aquellos niños al jugar a la rebelión estaban sellando un final cambiante, que se debatía entre el candor de una vida prometedora y el hervor de su sangre al calentarse derramada en el pavimento. Mas el ardor por la revolución que se estaba desatando desde el último mes era mayor y predominaba la apuesta de que estarían seguros dentro de esa avasallante marea de estudiantes marchando por las calles.

Marius prometió a Jerome verlo media hora antes de las cinco de la tarde, esperándolo al exterior de su trabajo de medio tiempo en una tienda miscelánea local, con sus cosas listas para lo que esperaban fuera una de las últimas marchas que habían iniciado en Nanterre, si bien parecía imposible. Tenían que ver a los bloques de estudiantes de La Sorbona en la Plaza de Denfert–Rochereau porque, pese al deseo de Jerome de unirse desde temprano para los preparativos, solo consiguió que su jefe lo dejara partir antes de las cinco para unirse más bien a la protesta.

Las manos de Jerome picaron de los nervios. Se turnó para mirar el reloj sobre la puerta de la tienda y las hojas de cuentas que debía guardar al irse, pero su mente siempre iba hacia los próximos eventos. Tenía miedo, mas no por ello iba a desistir.

A poco más de las cuatro de la tarde la puerta se abrió y con ello, una fresca y perfumada brisa atemperó su cuerpo. En el umbral cruzaba una mujer que conocía bien: la extranjera Esme Cullen, de cabellos castaños brillantes y una piel tan blanca que, a veces, lo mantenía al pendiente sobre cualquier malestar que pudiera aquejarla. Ella asistía sin falta tres días a la semana desde su llegada a París, con tal de comprar, generalmente, artículos varios de limpieza; jamás la cuestionaba por sus curiosas compras, no obstante, ella sí lo hacía a él sobre otras cosas, mostrándose interesada en lo que realizaba día con día. Ese día no fue la excepción, mas la preocupación estaba marcada en su semblante, lo que enturbió la serenidad de su rostro amable.

BOYS, BOYS, BOYS! ━━ Twilight SagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora