13. Puedo oler la ironía

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//Último viernes//
//20/20//

Han pasado días.

Estoy en la fecha límite y aun no eh podido completar el bendito libro.

Hoy fui al pueblo y mi teléfono casi explotó en mensajes de mi editorial.

Exigen que les lleve el libro.

Un libro que aún no eh hecho.

>>Supongo que solo los ignoraré por ahora<<—pensé al poner mi teléfono en modo avión.

Han pasado días.

Ahora me estoy quedando en un hotel cerca de la cafetería de Annie (justo al frente). Es un buen lugar. Snoopy sigue desaparecido desde que se incendió la cabaña, tampoco eh podido contactar con Serena. Las puertas de su casa están cerradas las 24 horas y no contesta mis llamadas.

No se hasta cuando piensa estar encerrada en esa casa.

Repito, han pasado días...

Y ni siquiera sé lo que le ocurre.

Aún recuerdo la voz rota de Serena mientras se aferraba a mi espalda. Como si tuviera miedo de que si me soltaba algo le pasaría.

Recuerdo sus palabras.

Esas palabras no dejan mi mente.

>>Por favor Charlie, no me dejes desaparecer ¡Por favor, no otra vez!<<

Durante estos días, sentí la estúpida necesidad de investigar esas palabras. Quería saber porqué ella se sentía desaparecer, y como yo podría evitar que eso sucediera.

Aunque ni siquiera entiendo muy bien lo que trata de decir con "Desaparecer".

Estuve investigando toda la noche, motivado por el sentimiento de querer ayudar a Serena y por la cafeína en los capuchinos que pedía en la cafetería.

Como muchas investigaciones, ésta dió sus frutos.

Repito nuevamente, An pasado días...

Y ahora, mientras mi auto pasea por esas calles llenas de nieve. Nieve que decora el lugar con notable blanco.

Voy por ella.

Voy por Serena.

11:54am

Su casa se sigue viendo igual de solitaria que siempre. Y basándome en lo vivido, hoy tampoco van a abrir esa maldita puerta.

Lo cual solo me deja una opción.

Entrar por una de las ventanas.

Se que suena a algo que normalmente haría Serena, pero no tengo opción.

Revisé varias ventanas esperando que alguna no tuviera el pasador puesto.

—¡Eureka! —celebré cuando por fin pude encontrar una ventana abierta.

Entré por esa ventana lo más sigilosamente que pude. Primero pasando una pierna y luego la otra. Penséen lo que estaba haciendo y que nunca creí que cometería allanamiento.

Fue grande la sorpresa que me llevé cuando note que había entrado casualmente por la ventana de su cocina. Tal como siempre lo hizo Serena.

Puedo oler la ironía.

No tenía tiempo de pensar en esta irónica casualidad. Así que comencé a caminar por esa oscura casa. Todo está a oscuras, pero dado a que no es muy tarde puedo ver lo mínimo gracias a la tenue luz del dia. Veo lo suficientemente, Lo suficiente para ver el interruptor en la cocina.

Let Somebody GoWhere stories live. Discover now