|| SEIS ||

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ASHTON🍂

El sonido de la batería me estaba fastidiando, la cabeza me daba vueltas y entre todo eso, ella estaba ahí.

Me encontraba recostado en el suelo con el brazo en mi rostro porque la luz que entraba por la ventana me hacía doler más la cabeza. Escucho que Nath llega trayendo algunas medicinas para la resaca de anoche. Lo que yo tenía no era resaca, el alcohol se había ido en el momento que ella me beso, eso había sido más fuerte que el mismo alcohol en mi organismo.

Era mi primer ensayo con la banda, pero no lograba tener todos mis sentidos en la guitarra, aquella chica había logrado desordenarme, me había desarmado más de lo que ya me encontraba. Si con un beso ella pudo hacer eso, no sé qué me espera con el resto.

Niego con la cabeza para mandar todos esos recuerdos en el fondo de mi cabeza y concentrarme con lo de ahora.

—Al parecer Ashton no le sentó bien el alcohol de anoche —dice Henry mientras pasa la correa del bajo por sus hombros.

—No es eso —dije un poco somnoliento—, solo estoy algo cansado.

Me levanto y cojo la guitarra que estaba en la esquina del salón.

—Si claro, el cansancio tiene nombre al parecer —dice Joe y me golpea con el brazo.

Se a que se refiere, pero no quiero seguir pensando en lo de ayer.

Comenzamos con el primer ensayo, no fue tan malo como esperaba, pero nos entendemos bien. Logramos combinar algunos ritmos y fueron muy buenos. Me costara acostumbrarme y tomara tiempo.

Escucho sonar el timbre, dejo la guitarra a un lado para poder salir y tomar aire. Recorro los pasillos de la universidad tranquilamente, veo por las ventanas hacia el jardín de siempre, hasta que la veo a ella.

Voy más rápido para llegar hasta ella, bajo las escaleras rápidamente, voy hacia el jardín de hace un rato, pero ya no hay nadie. Necesito hablar con ella, no sé porque tengo la necesidad de dar una explicación a pesar de que ella me beso primero, pero tampoco quiero que piense que me aproveche de la situación.

No logro encontrarla y solo me quedo en jardín de ahí. Me senté en el banco que estaba bajo un árbol, el aire era fresco y era un buen lugar para charlar. Simplemente cerré los ojos y mis pensamientos empezaron a fluir, y se podía sentir en el aire todo eso.

A mi mente llegaron vagos recuerdos de las personas que había llegado a mi vida. Personas que marcaron e hirieron, y así como yo también lo hice. Relaciones que jamás tome enserio y que a la vez parecían no afectarme, pero la verdad es que no sabía cómo tratar esos sentimientos.

Y aquel beso regreso a mi mente, entre el alcohol y la música, ella estaba ahí.

Es difícil cuando tu cerebro y tu corazón te hablan a la vez. Si decides sentir o decides reaccionar. Hasta el día del hoy tenía todo planeado en mi vida, mis estudios, lo que haría dentro de muchos años, hasta que ella se coló en esta.

Hay cosas que inician sin querer, pero la verdad es que yo no sé querer.

Abro los ojos y busco mi móvil, pero me doy cuenta que lo he dejado en el salón. Tomo aire para poder levantarme e irme, pero lo que encuentro en el suelo es un pequeño cuaderno. No intento abrirlo ya que puede muy íntimo para alguien, así que lo recojo lo limpio y lo llevo conmigo.

Voy de camino de nuevo al salón, llego y solo veo a Nath.

—¿Y los demás? —pregunté.

—Fueron por comida. —dice

Guardo el cuadernillo en mi mochila y lo dejo ahí. Voy hacia la guitarra y la tomo, busco mi púa en el bolsillo izquierdo y no esta, en el derecho tampoco, en ninguno. Me comienzo a desesperar, no está por ningún lado. Mierda.

—¿Qué sucede? —pregunta Nath

—No encuentro mi púa —dije mientras lo buscaba en el suelo.

—¿No tienes una de repuesto?

—No, porque esa púa es mi favorita.

Ella no vuelve a preguntar y no hace nada al verme buscar la púa. Unos minutos después llegan los chicos, ellos me ven raro y les digo lo que paso. Mientras me ayudan a buscar alguien toca la puerta del salón. No hago caso y solo sigo buscando.

Nath se harta de escuchar la puerta sonar y va a abrir. Joe y Henry se rinden y dejan de buscar. Tiene que estar, por un lado, la última vez que lo guarde fue cuando la vi a ella y fui corriendo...

—Ashton —me llama Nath.

Dejo de buscar y alzo la mirada, veo a una chica parada en la puerta, tiene una cámara colgando de su cuello y tiene un papel en su mano.

—¿Eres Ashton Parker? —me pregunta la chica.

—Si soy yo. —dije y me acerqué.

—¿Puedo hablar contigo?

—Ahora no tengo tiempo, lo siento. —cerré la puerta y seguí buscando mi púa.

—¿Tan importante es esa púa? —pregunta Henry mientras se bebía el jugo que había traído.

—Sí —afirmé y seguí buscando.

Salgo del salón y voy por los pasillos buscando si se habría caído. No logro encontrar nada, simplemente suspiro y me apoyo en el balcón de aquí. Apoyo mi cabeza a la pared, cierro los ojos y empiezo a recordar todo lo que ha pasado desde que llegue, todo ha sido un desastre. Tengo miedo de no encajar aquí, tengo la necesidad de arriesgarme en muchas cosas, pero en el fondo siento que, si lo hago, será difícil escapar.

Ya en casa, subo a mi habitación y dejo mis cosas a un lado. Aquel cuadernillo que tenia en mi mochila me causaba mucha curiosidad, pero no quería un entrometido, ese cuadernillo se mostraba muy íntimo, como si fuera parte de alguien.

Tal vez solo un vistazo no sea nada malo, no tenia ni idea de lo que podía ver adentro, pero por primera vez en mi vida me quise arriesgar. Abrí el cuadernillo lentamente, la primera hoja tenía dibujado un girasol con carboncillo, no sé porque mi corazón empezó a partir cada vez mas fuerte mientras pasaba las paginas de aquel cuadernillo. Pero se paralizo en el momento que llegue a la última página donde había un dibujo que me dejo perplejo. Era yo.

Las curvas de mi rostro, mis ojos profundos, el fondo de mi cabello, y una sonrisa que hasta yo no me había imaginado de haberla hecho. Mis dedos empezaron a pasar por cada trazo, por cada línea, y un sentimiento a la vez que hacia mi corazón acelerar. Cerré el cuadernillo de golpe cuando me di cuenta que mi respiración estaba agitada, podía sentir a la persona cuando mis dedos rozaron el dibujo.

Dejé el cuadernillo en la mesa de noche y me senté en el filo de mi cama, con las manos en la cabeza, tratando de respirar y entender este nuevo sentimiento. Una nueva sensación.

Ver mi retrato en ese cuadernillo me hizo sentir intrigado, mi cabeza no encontraba a alguien quien había podrido ser. Ahora tenia dos cosas en la cabeza, a la chica que me beso, y mi retrato en ese cuadernillo. Pero un tenía una rara sensación de que estas dos cosas se sentían igual. Se sentía como el otoño, un día salía el sol y al otro estaba nublado, pero que se sentía igual.

Después de todo, me quede dormido pensando entre estaciones, sentimientos, dibujos, el alcohol y ella. 

PRIMAVERA [1]Where stories live. Discover now