CAPÍTULO 12: LA CENA.

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Capítulo dedicado a mi chama Eimy Roberta. Tus comentarios me dan vida. Me haces reír muchísimo. Te adoro.

Canción: Spaces - One Direction

Advertencia: contenido sexual explícito. Contenido sensible y lenguaje vulgar.

Omnisciente

Durante dos días seguidos, Eda había estado casi que instalada en la casa de Aydan Bolat para ayudarla con los últimos detalles de la cena de beneficencia. Ese día en particular, había amanecido al lado de Serkan en la casa junto a la de sus padres porque Aydan quería que estuviera con ella desde temprano y además, ya le había avisado a Serkan que se arreglaría con ella así que no podía verla hasta la hora de partir.

Serkan, por su lado, estaba fastidiado con esto de tener que separarse tanto de su novia. Haber estado durmiendo con ella en la misma cama y haberla visto despertar casi tres días seguidos otra vez lo hizo aún más dependiente de la castaña.

—Günaydın, mi amor. —la voz ronca de Serkan contra su oído la hizo estremecer y apegar su espalda más contra su pecho.

—Günaydın. —dijo algo adormilada, disfrutando de las caricias que su novio le estaba dejando.

—Aún tenemos tiempo antes de que mi madre te secuestre para siempre. —se quejó haciéndola reír levemente, mientras la abrazaba aún más contra él si era posible.

—No exageres, solo serán algunas horas. —murmuró ella, aún no había abierto los ojos. —Desayunaremos juntos y luego nos veremos cuando estemos lindos y peinados.

—Tú siempre estás linda. —dijo mientras comenzaba a dejar besos en su mejilla y hombro, esperando el momento adecuado para concentrarse en su cuello.

—¿Y peinada? —esta vez Serkan no dijo nada. Eda se río y se giró, abriendo sus ojos.

Apoyó la mano en su mejilla, acariciando la misma y sonriendo ante las pequeñas cosquillas que su barba dejaba en su mano. Él no tardó en unir sus labios en un suave beso de buenos días, apoyando una de sus manos en la cintura contraria para acercarla nuevamente a él.

Eda pasó su pierna por la cadera contraria, la mano del pelirrojo salió de su cintura para apoyarse en su muslo, sin abandonar sus labios hasta que la falta de oxígeno fue evidente. Lentamente Eda se acomodó sobre él, sintiendo como la erección matutina de Serkan se acomodaba perfectamente contra su centro.

—Buenos días a ti también. —dijo divertida con una sonrisa, moviendo sus caderas logrando arrancarle un jadeo al pelirrojo.

Serkan acomodó las manos en su trasero, por debajo de su camiseta, para apretar el mismo. Eda volvió a besar sus labios mientras sus manos se ubicaban en su pecho desnudo y lo acariciaba suavemente con sus uñas.

En pocos segundos, la camiseta que Eda estaba usando ya no se encontraba y ella estaba solo en bragas sobre él. Serkan se sentó en la cama sin quitarla de encima y se acomodó lo mejor que pudo para poder dejar su rostro a la altura de sus senos para besarlos suavemente, haciéndola estremecer.

Las manos de Eda bajaron hacia el elástico de su pantalón deportivo y de sus calzoncillos, los cuales tiró para poder bajarlos y quitarlo del medio. Serkan estiró su mano para tomar un condón de la mesita de noche mientras la castaña se quitaba las bragas y se colocaba sobre él nuevamente. Le quitó el paquetito metálico para abrirlo y con cuidado colocar aquel preservativo, desenrollándolo a lo largo de su pene. Los dedos de Serkan se encontraron mientras tanto con su intimidad, comenzando a acariciar su clítoris suavemente, haciendo que jadeara y tirara de sus caderas hacia adelante buscando más contacto.

ARDER EN LIBERTADWhere stories live. Discover now