ARDER EN LIBERTAD

CAPÍTULO 05: ANTALYA.

Este capítulo está dedicado a Sabri y a Lai: las adoro, gracias por hacerme reír tanto y por querer esta historia <3

Advertencia: contenido sexual explícito.

Canción que acompaña el capítulo: Dandelions - Ruth B.

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Omnisciente

Tres semanas se pasaron rápido, muy rápido. La energía en la oficina había incrementado considerablemente tras asegurarse dos proyectos grandes e importantes y todos estaban emocionados por eso. Eda se había adaptado fácilmente al ambiente y podía decir que no se llevaba mal con nadie en la oficina. Serkan, por su lado, estaba más activo también y se relacionaba un poco más con sus empleados, actitud que no pasó desapercibida y todos parecían amar esta "nueva faceta" del jefe.

La relación entre Eda y Serkan también había avanzado para bien, aunque no pasaba del horario en el que se veían para trabajar y eso estaba complicando un poco las cosas. Serkan no podía dejar de besarla cada vez que compartían un espacio los dos solos por más de un minuto y no es que Eda se quejara, al contrario, pero cada vez que la temperatura y la intensidad del beso aumentaban, alguien los interrumpía.

Como por ejemplo, cuando Eda estaba buscando un dossier en la sala de archivos y fue sorprendida por Serkan y mientras él bajaba las manos más allá de su cintura entró Erdem haciendo que se separasen enseguida, lo que conllevó a algunas amenazas por parte del jefe hacia aquel empleado que parecía temerle más que a la propia muerte.

O cuando estaban en la sala de reuniones trabajando en conjunto con un proyecto y Eda se levantó a buscar un libro, entonces Serkan vio su oportunidad y la acorraló contra la biblioteca, pero antes que pudiera siquiera profundizar el beso, Engin ingresó sin llamar, haciendo que ambos tuvieran que pretender estar buscando un libro, cosa en la que fallaron completamente porque en cuanto se giraron, Engin comenzó a reírse a carcajadas. Eda había decidido pintarse los labios de rojo ese día.

"Te sienta muy bien el rojo, abi" le dijo su amigo haciendo reír a Eda también al mismo tiempo que intentaba ayudarlo a quitarse el rastro de labial que había dejado en él.

Serkan estaba visiblemente cansado de ser interrumpido todo el tiempo que podía besar y tocar a Eda, entonces cuando Leyla le puso delante de sus ojos el plan de viaje a Antalya por el proyecto del hotel ecológico, vio la oportunidad perfecta que no dejaría escapar por nada del mundo. Una sonrisa se formó en su rostro y aclaró su garganta.

—Leyla, necesito pedirte un favor muy importante. —la pelinegra que estaba parada cerca de él lo miró confundida y más aún cuando él le pidió que se sentara a su lado.

—¿Qué sucede, Serkan Bey? —preguntó ella una vez que se acomodó.

—Necesito que canceles la reserva de la habitación de Eda. —mencionó bajo tras observar que nadie les estaba prestando atención.

—¿Eda Hanım no va?

—Sí, pero quiero que nos pongas en la misma habitación. —la cara de Leyla pasó de confusión a sorpresa al entender las intenciones de su jefe y una sonrisa apareció en sus labios.

—No se preocupe, Serkan Bey. —ambos asintieron y ella se levantó para volver a tomar la hoja con el plan de viaje y salir de la sala donde Serkan estaba trabajando. Estaba más que dispuesta a hacer ello, más cuando entendió que la culpable de que Serkan Bolat tuviera un trato más amable que demandante y que se permitiera sonreír adelante de todos, era Eda Yıldız.