Capítulo 1

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-Como se lo dijo la agente Uzumaki -exclamó papá-, ustedes fueron creados con una única misión en mente.

Deidara y yo nos miramos por algunos segundos antes de que el temor nos invadiera. Era delicado tocar el tema de su matrimonio, claro que siempre para nosotros. Nuestro nacimiento también complicaba las cosas, no sabíamos si estar en los no deseados o los deseados pero sin amor de ambas partes.

Deidara, al ser un poco más grande que yo, me apegó a su pecho y enredó su mano con la mía, siempre preparado por si decían algo que yo no debiera saber y sacarme de ahí. Sin más tanto papá como mamá tenían intenciones de que ambos escucháramos esto.

-¿A qué se refieren con todo esto? -apretó ligeramente mi mano y como consecuencia comencé a sudar, me sentía muy caluroso. Su mirada cargada de odio a nuestros procreadores no era la mejor del mundo, pero tampoco podía dejarlos sin castigo.

-Cariño -susurró mamá. Pero ni siquiera su tono de amabilidad y comprensión podía dar choque contra la realidad. Literalmente tenían su odio, el odio de ambos-, somos espías, y por lo tanto tenemos una misión.

Espías, podía ser millonario si me pagaban 5 centavos cada vez que esa palabra salía de su boca. Les tenía miedo, miedo y rabia. Tal vez Deidara, al ser quien confió en ellos primero, les tenga más cólera que yo.

Con su brazo, rodeó mi espalda para apegarme o en su mayor caso, cargarme hasta la salida. Mamá notó que era un tabú oírle hablar de eso por lo que calló.

-Eso ya lo sé -dijo casi escupiendo las palabras, su tono amargo en insípido no parecía ser aprendido de ella-. Pero no comprendo en que tiene que pintar esto Naruto y yo.

En casi todo lo que hacían, nosotros no pintábamos. Si se trataba de una mudanza repentina, su única excusa era el trabajo; si nos cambiaban a otra escuela del barrio, su respuesta era "ellos saben mucho de ustedes". No teníamos permitido tomarnos fotos y podría asegurar que si no fuera porque Deidara no lo soportaba, seguiríamos tomando clases en casa. Literalmente, que la gente nos conociera era totalmente prohibido.

-Verán -empezó papá. Su grave tono de voz solo servía para reprender, ver que nos querían implicar en algo le daba cierto toque de sorpresa y misterio-, hace tiempo la familia Uchiha era perteneciente en su mayor parte al FBI.

FBI era igual a "Misiones secretas"¨. Desde mi nacimiento, ellos solo habían tenido una misión, pero dicha tarea hasta el momento no estaba consumada en su totalidad. Mi nacimiento y el de Deidara también era parte de ello, un tercio del total final.

-¿Y eso que tiene que ver con nuestra desigual familia? -exclamó con toques venenosos.

A papá y mamá no les gustaba hablar de la extraña familia que teníamos, ellos lo veían un poco más a un "Matrimonio abierto". Tonto termino para taponear la cruel realidad. Me revolví incómodo, los pies me mataban de estar parado un buen rato, había tenido deporte esa tarde y el entrenador no me había dejado libre sin dar primero 10 vueltas a todo el domo.

-Ellos eran nuestros amigos -susurró mamá, con su expresión demasiado triste como para ser real-. Hace cerca de 18 años que no los vemos, exactamente un año después de comenzar esta misión.

-Simplemente nos traicionaron -rugió en su lugar papá, él era un poco más complicado en ocultar emociones-, se largaron a Rusia con intenciones totalmente contrarias a las planeadas.

Deidara llegó a colocar una de sus manos en mis oídos, si ellos nos contaban su pasado debía ser muy peligroso lo que hablaban. No se lo negué, es más, rogaba que me sacara de una vez antes de empeorar las cosas. El entrecejo de papá se frunció mientras le exigía a Deidara soltarme las orejas.

-Al menos intenta fingir ser un buen padre delante de él -gruñó con el cuidado de no herirme-. Solo tiene 14 años, él no debe oír como insultas a los demás.

Pero papá continuó hablando del engaño dado por la familia.

-Llegamos a la conclusión de que ellos eran los reales cabecillas de la mafia Rusa -papá dijo molesto, pero no parecía llegar a algún punto.

Al ver que nadie más decía algo, Deidara se interpuso.

-Vuelvo a reiterar ¿Eso que tiene que ver con nosotros? Naruto tiene tarea -dijo como excusa-, si tan solo van a hablar de los engaños que recibieron por esos tales Uchihas, lo mejor será dialogar con cleverbot, tal vez la computadora les dé mayor conformidad.

Mamá detuvo a papá cuando este intentó atacar a Deidara, negándole la cabeza y haciéndole recordar el porqué de su comportamiento. Si tan solo no les tuviera el temor que les tengo, me comportaría igual.

Papá me envió una mirada fulminante, nada parecida a la que se tomó el día en que se casó con mamá. O como le suele decir: Agente Uzumaki. Se le notaba a millas la real atracción que tenían, pero preferían ocultarla.

-Ya lo saqué de la escuela -dijo con soberbia-, es más, creo que tu profesor debió haber estado sorprendido el haberte visto hoy.

-¡¿Por qué hiciste eso?! -gritó Deidara intentando contenerse conmigo. Me aplastaba la mano, pero era mejor que verlos pelear-. ¡Solo es un adolescente, merece estudiar!

-Ya no lo hará -busnó en su lugar- ni ahora, y seguramente nunca.

-¡Eres una bestia! -Miró a mamá con cólera-, Son unas bestias. Si tan solo nos ven como trapos a los que les pueden hacer lo que se les pegue la gana, están muy equivocados.

-Somos sus tutores legales, Deidara -encrespó-. Y mientras seas menor de edad, todo lo que nosotros decidamos estará bien.

En ese punto, Deidara ya no podía hacer algo. Y no es que no quisiera, es por su edad. Pareciera que ellos hubieran querido esperar hasta este punto, el momento preciso en donde estuviéramos al límite sin más sin la posibilidad de escapar. Como aves, a punto de la muerte sin más sufriendo los últimos lamentos de la crueldad terrestre.

-Que van a hacer con nosotros -no parecía una pregunta, sino una exigencia. Entre ambos se miraron y pronunciaron coordinadamente.

-Trato de blancos.

Misión Clase SWhere stories live. Discover now