Capítulo 4: La bruja moribunda.

492 115 92
                                    

Tercer día

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Tercer día.

— ¡Son tan atractivos! Me pregunto si alguno querrá salir con alguna de ustedes —comenta mi mejor amiga mientras observa a los Lowell que están a unas mesas de distancia— Ya saben que uno de mis sueños es que las tres tengamos novios al mismo tiempo así hacemos citas triples.

— Tienes sueños muy interesantes —le responde Brid con fingido interés.

Holly sin notar el sarcasmo de Brid o tal vez ignorándolo, sonríe.

— Escuché que sus padres son agentes de bienes raíces o algo así —prosigue cuando termina de comer un poco de su ensalada— No entiendo por qué viven en la triste casa de la señora Jones.

— Quizás están por hacerles renovaciones. Acaban de mudarse, Holly. Dales un poco de tiempo —se ríe Brid.

— ¿A dónde se habrá ido la señora Jones, por cierto? —pregunta más para sí misma que para nosotras— Es tan extraño. De la noche a la mañana desapareció.

— La mujer era extraña de por sí —le contesta Brid.

River, Vincent y Eleanor se ganaron la simpatía y la atención de todos los estudiantes, lo cual era obvio. Los tres son demasiados atractivos para ser ignorados, además son nuevos en nuestro aburrido pueblo. Son furor hasta que nos acostumbremos a su presencia en Belmont.

— Es verdad. A mí siempre me dio miedo —Holly me mira a mí— ¿Y a ti que te pasa? Parece que te comieron la lengua los ratones.

Es verdad. Apenas hablo con ellas desde que puedo morir antes de lo planeado. Al principio no lo creí o al menos luché con todas mis fuerzas de rehusarme a hacerlo, pero con el pasar de los días es imposible no considerar el hecho de que podría estar convirtiéndome en una bruja.

Han pasado tres días desde aquel sueño y siento que mi cuerpo se debilita más cada día. Apenas puedo caminar sin agitarme y me duele todo al sentarme o moverme demasiado rápido. Mis hematomas, manchas púrpura rodeadas de negro, se extienden lentamente por mis brazos. Debo usar maquillaje para no verme tan pálida y moribunda, y cubrir mis brazos con mangas.

Por primera vez no sé cómo contarles esto a mis amigas, así que solo me lo guardo para mí hasta que sepa que hacer. Tampoco he hablado con los Lowell.

Mis interacciones con todos son limitadas en estos momentos.

— Estoy comiendo —enrollo los tallarines en mi tenedor. De hecho, este es mi primer bocado. Mi estómago es incapaz de mantener la comida— Además no tengo nada que decir sobre los nuevos. No me llaman la atención.

— Blake me preguntó por ti —aquello hace que mi corazón se emocione— Me preguntó si te pasaba algo porque no vas a correr con él.

Escuchar que Blake nota mi ausencia apenas causa algo. Mi malestar corporal es más fuerte. Aquello me asusta.

Hasta que comience a arder [EN PAUSA]Where stories live. Discover now