Epílogo

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La tumba de la chica reposa a sus pies. Dos jóvenes, novios, se abrazan. Uno de ellos llora, y el otro aguanta las lágrimas.

Una chica tira el último ramo de flores. Azules, como sabe que le habrían gustado.

Busca con la mirada a su compañera, a su mejor amiga... su novia. Busca su hombro para llorar, y entonces lo acepta.

Nunca volverá a verla.

Se seca una lágrima que se ha escapado y se esfuerza por hacerse la fuerte. Nunca se ha venido abajo, nunca se ha arrepentido de nada... porque ella es así.

Eider era así. Pero ya no.

En su vida entró una persona muy especial, que le hizo darse cuenta de muchas cosas y le enseñó otras más. Y nunca la olvidará. Pero tiene que dejarla ir.

Y no lo escribe en primera persona porque le duele hacerlo.

No le odia por haberse ido, le odia por haberse quedado en su corazón.

No me esperaba que me fueses a dejar. Siempre pensé que te dejaría yo a ti. Tus flores deberían ser mis flores, mi dolor debería ser tuyo y me la suda si estoy siendo egoísta. Te quiero aquí conmigo, no enterrada a diez metros bajo mis pies y en una puta caja.

Y ya estoy escribiendo en primera persona otra vez.

Te quiero, joder.

Eiderحيث تعيش القصص. اكتشف الآن