EL GENERAL DEL FRIO

06

Izuku se encontraba dormido, la lucha de la noche anterior lo dejo bastante agotado, su cuerpo pedía descanso, después de todo tenía varios cortes en los brazos y en la espalda marcas de quemaduras creadas por el ácido, su lucha fue muy intensa en varias situaciones vio a los ojos de la muerte, pero no se podía rendir, ya que el tiene la obligación de proteger a su hermana, el sueño de Izuku era placentero, hubiera seguido dormido hasta que escucho un llanto.

Yue: ¡WWAAAAARRR!

Izuku: *Abriendo los ojos observando que tiene a la bebé en sus brazos, ella se encontraba llorando* Tranquila, supongo que tienes hambre, lo mejor será preparar una mamila para que desayunes.

Izuku se levantó del nido ignorando sus heridas y dolor, su hermana tenía hambre y él debía alimentarla, se acercó al cadaver del ave más pequeño ya que su maleta se encontraba cerca, la levanto y saco una mamila que contenía leche que su madre se había extraído anteriormente.

Izuku: *Agarrando la mamila* Sigue caliente, que bueno que cree estos recipientes con el artista de la aldea, solo la usaría para alimentarla ya que la quería cuidar, nunca pensé que se estrenaría con un cadaver al lado.

Izuku se acercó a la bebé con la mamila en la mano, le quito a tapa y se lo acerco a la boca, la niña empezó a chupar, su hambre estaba siendo saciada, al terminar el biberón volvió a caer dormida, Izuku solo la miraba con una sonrisa, la tapo con su abrigo y procedió a destripar a las bestias, les extrajo los núcleos que se encontraba brillando un poco bajo.

Izuku: *Extrayendo el núcleo de la bestia* Ya se está apagando, supongo que tiene sentido ya que ya se encuentran muertas, lo mejor es sacarlas cuando se encuentran vivas pero no me podía dar el lujo de dejarlas vivas hasta el día siguiente.

Izuku termino de extraer los núcleos de las bestias, al terminar uso parte del nido que tenía troncos y realizo una fogata calentando la carne de las bestias, se alimentó y reviso que la bebé se encontrará bien, al terminar observo hacia afuera de la cueva y observo que ya estaba atardeciendo, se amarro a la bebé en la espalda y bajo de la montaña, ya habían pasado horas desde el ataque, su pensamiento era que ya habían acabado con los atacantes, tardo unas horas en regresar ya que había una tormenta de nieve, al estar cerca de su pueblo detecto el olor de la sangre, se acercó a las casas y observó que no había movimiento, como si no hubiera nadie.

Izuku: *Mientras cargaba a la bebé en sus brazos y la alimentaba con otra mamila* ¿P-Por qué no hay sobrevivientes? Después de todo. ¿G-Ganamos no es así?

Izuku caminaba y observaba los cadáveres de su clan, caminaba y no se encontraba a nadie vivo, mientras más se adentraba más cuerpos se encontraba y más se desesperaba, tenía miedo, se supone que ellos debían ganar, ellos volverían, se lo prometieron. Izuku camino corrió hasta su casa, se adentró de manera rápida y brusca buscando a sus padres.

Izuku: *Corriendo y con la niña en las manos* ¡Mamá! ¡Papá! ¡Onee-chan!

Izuku buscaba por toda la casa, se desesperaba, como era posible que su familia no allá ganado, estaba desesperado, al no encontrar a nadie en la casa corrió hacia las líneas delanteras, era el único lugar donde no había buscado, al llegar solo encontró cadáveres con nieve encima, se acercó a lo que parecía ser una casa destruida a la mitad, al entrar lo primero que vio fue unas lanzas que sobresalían de la nieve, las lanzas eran del bando enemigo por lo que significaba que el cadáver era de uno del clan, la niña se encontraba en silencio, observando como su hermano corría, lo miraba fijamente, Izuku volvió a amarrarse a su hermana y empezó a excavar con sus manos, sí había un cuerpo hasta al frente rodeado de tantos cuerpos solo significaba que había una persona fuerte, y el más fuerte era su padre, solo él podía haber matado a tantos hombres.