Aún no he soltado tu brazo y te miro a los ojos intentando descifrar el impacto de mi confesión.
—Te ofrezco un café para discutirlo— sugiero antes de que entres en pánico. Aún más.
—No tomas café — es los que dices y ya no hay vacilación en tus palabras. Quiero dar saltitos de alegría.
—Tú lo harás por los dos— digo y mis palabras llevan tu sonrojo a otro nivel, alcanzan tus orejas.
Luego sonríes. La sonrisa es tímida, como tú y me tiene totalmente hechizado.
Deslizo mi mano de tu muñeca a tu mano en sí, cuando entrecierro la mía a tu alrededor no la apartas en cambio tu sonrisa se ensancha más.
Mientras caminamos de regreso al café tomados de la mano y sonríendo como dos personas mentalmente cuestionables deja de llover pese a que mayo aún no termina.
Fin.
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La lluvia de mayo | ✔
Short Story"Fue amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista."