Silas

10 2 0
                                    


Me quedé ahí de pie con un barranco emocional.

Estaba feliz porque me estabas tocando.

Avergonzado por estar transpirando.

Y con las rodillas temblorosas sin poder definir bien el verdadero motivo que lo causaba.

—Hola— dijiste y decidí que está vez mis miedos no serían un jodido problema.

Te miré. Antes de iniciar con el vomito verbal.

—¿Una canción o una carta de amor?

Al escucharme sonreíste y ningún cuerpo de luz podría igualar la intensidad de ese simple gesto.

—¿Qué tanto te gusto?

Estaba listo para morirme justo en el momento en que formulaste esa pregunta.

—Intentas disimular y aunque te sale de maravilla sé que me mirabas cada día, que estás tan interesado en mí como yo en ti, bueno, quizás no tanto pero si lo suficiente.

Seguiste hablando mientras mi cerebro trataba de asimilar todo.

La lluvia de mayo | ✔Where stories live. Discover now