Atrapados en la universidad

Capítulo 1

—Priscila, rápido tienes diez minutos para bajar e irte —ignoro el llamado de mi madre

—¡Priscila Mary Márquez! —Joder

—¡Ya voy mamá!

Me miró al espejo por última vez, cerciorándome de lucir bien para mi primer día en el universidad.

Emocionada salgo de mi habitación encontrándome con mamá que me mira impaciente

—Listo —sonrío inocente

—Estamos tarde señorita, ya no tienes tiempo de comer así que coge tus cosas y en el auto tomate el jugo —ordena

—Bien

Acomodamos las cajas que iba a llevar y nos adentramos al auto con dirección a mi nueva vida universitaria

—¿Cuál es tu decisión? —pregunta inesperadamente mamá

—Voy a quedarme un mes y si me va a bien me quedaré todo el ciclo pero si estoy incomoda o algo sucede, intentare venir de visita los fines de semana —respondo decidida

La universidad tenía muchas opciones para los estudiantes, podíamos quedarnos todo el primer ciclo de la universidad viviendo en los departamentos de la universidad, también nos podemos quedar de lunes a jueves y los viernes después de clases reunirte con tu familia o por último regresar a casa todo los días.

La última opción estaba descartada ya que mi casa quedaba a dos horas de la universidad, durante semanas estaba en la disyuntiva si volver los fines de semana o no, pero al final pude decidir quedarme un mes a intentar adecuarme a la rutina de dejar de ver a mi madre y abuelos durante meses.

—Me cuesta aceptar que tienes que irte, es tan difícil —comenta dramáticamente mi madre

—¡Oh vamos, Dafne! Toda la vida has anhelado esto, no lo niegues —bromeo

—Claro, el mejor día de mi vida ahora voy a seguir con mi vida de soltera —me sigue la broma— Te voy a extrañar mucho, Pris

—Yo también, mamá —suspira

No había mucho tráfico así que llegamos más rápido de lo esperado.

La despedida con mamá fue bastante emotiva y me alegraba no ser la única que derramaba unas cuantas lágrimas al despedirse de su mamá, varios estudiantes hacían lo mismo.

—Entra antes de que te obliga a regresar conmigo

—Hasta luego mamá, te amo —me despido con la mano y bajo mis cosas del auto

Camino hacia la oficina de admisión para registrarme, la encuentro y hago una pequeña fila de estudiantes que venían a hacer lo mismo

—¿Nombre? —Pregunta la secretaria, que carácter, ni siquiera un buenos días

—Buenos días, Priscila Márquez

—Nueva ¿verdad? —asiento— ¿Vas a instalarte aquí o te irás a casa?

—Deseo quedarme un mes, consulte con la oficina de dirección y me dijeron que no había problema —le cuento

—Si lo has conversado ya, no hay problema pero seré sincera, este año no hay muchos cupos para habitaciones así que la universidad ha decidido juntar a los estudiantes, sin importar género o edad, espero que eso no te incomode —Diablos, conociendo mi suerte lo más probable es que me toque con un degenerado 

—No hay problema —respondo dudosa

—Bien, edificio 2, habitación 8, segundo piso —me da las llaves y algunas cuantas cosas de aseo— suerte