Capítulo 36

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No puedo denunciar a Ross.
No puedo hacerlo de ninguna manera. Tengo un hijo suyo en mi vientre y ahora soy huérfana.

Mentí, defendiendo a mis padres, sin saber que mi padre mandó a ejecutar al suyo. Y mi madre, por supuesto, cómplice de absolutamente todo.

¿Acaso no pensaron en mí mientras hacían todas esas mierdas?

Trago saliva.
Bebo de la botella con agua que me entregó la enfermera con la que estuve hace un rato y justamente la observo sentarse nuevamente a mi lado.

-¿Ya estás lista?

Frunzo el ceño.
Sintiendo aquel disgustoso dolor de cabeza a causa del constante llanto del día de hoy.

-¿Para qué?

-Te llevarán a un lugar donde podrás descansar esta noche.

Niego con la cabeza.

-Eso es un orfanato- suspiro, llevando las manos hacia mi cabeza- No quiero ir a un orfanato.

-No tienes a dónde más ir cariño- suspira también. Acariciando mi cabeza con la palma de su mano, brindandome consuelo- Te aseguro que no es tan malo como parece.

-Claro que lo es- respondo- Y más ahora que tengo algo en mi vientre.

-Recuerda que puedes abortar- susurra. No me asombra, fue lo primero que recorrió mi mente ni bien me dijo que estaba esperando un bebé de Ross- Pero no te recomiendo eso.

Frunzo el ceño.

-¿Por qué?

-Cariño, tú no tienes la culpa de nada- responde, tranquila, pero algo nerviosa, cuidando muy bien cada una de las palabras que expresa- Y sé que ese bebé mucho menos pero...

-Soy muy joven para criar a un niño.

-Y lo sabemos perfectamente, pero mira la posición en la que estas- murmura, sin dejar de acariciar mi cabello- Tus padres están presos, tu padre con una condena de buenos años y tu madre aún no entra en juicio... irás a un orfanato y seguirás allí hasta que cumplas la mayoría de edad si es que abortas a ese niño.

Frunzo el ceño.

-No entiendo cuál es el...

-Podrás tener un mejor futuro si es que tienes a ese  bebé al lado de Lynch, ___________- suspira- Quizá es algo que no debería decirte, pero, joder, ¡Piénsalo! Es la cruda realidad.

Y lo peor de todo, es que lo sé perfectamente.

Estoy por responderle, pero la voz de un oficial de policía que viene hacia mi derecha me interrumpe.

-¿Señorita Thomas?

Me levanto del asiento en el que estoy sentada y voy hacia él.

-¿Ya podemos tomarle los datos para proceder con la denuncia?

Mi corazón vuelve a acelerarse.
Al igual que mi respiración.
Trato de pareces algo desencajada respecto a lo que me está diciendo.

-¿Denuncia?

El oficial asiente.
Con una expresión de no tener muchos amigos.

-Contra el joven Lynch.

-Lo lamento- suspiro, con las manos temblando- No estaba bien cuando dije eso... no estaba en mis cabales.

El oficial de policía frunce el ceño, y llama a uno de sus colegas luego de mis palabras.

-Usted dijo algo frente al juez, y el juez nos encargó hacernos cargo del caso.

Frustrado; Ross LynchWhere stories live. Discover now