My dominant wolf

¡Fiesta!

-Ey, ¿es que no te alegras de verme? ¿Es que has hecho nuevas amigas y te has olvidado de mí?

-Pero que dices ¡Calla!-Dije abalanzándome sobre mi mejor amiga y tirándola sobre la cama del impacto-Tu siempre vas a ser mi mejor amiga o es que ya has olvidado esto-Le enseñe la marca que tenía en el interior de mi muñeca y ella me mostro la suya, las dos habíamos nacido con un extraño signo, siempre habíamos pensado que era cosa del destino que nos había unido de esa manera para que siempre estuviésemos unidas y es que entre Alaia y yo existía un vínculo muy fuerte más que una simple amistad.

-Alaia dime que esto no es un sueño por favor, dime que estas aquí de verdad, te he extrañado tanto…-Le susurre abrazándola fuerte

-Oye para, si me asfixias será como si no hubiese venido-Dijo haciéndome reír

-¿Y cómo has venido? quiero decir… desde cuando lo tenías pensado

-Tu madre fue quien preparo todo además dentro de una semana será tu cumple y todo ese rollo de tus “cambios” y me negaba a perdérmelo 

-Esto es increíble, no sabes lo feliz que me has hecho

-Daiana quiero que me cuentes lo de ese tal Dareck ¡ya!, por favor me dejaste muy preocupada cuando me dijiste que os habíais peleado y que ya no lo querías ver ¿qué es la cosa tan grave que te ha hecho? Tu parecías muy ilusionada cuando hablabas de el además me dijiste que era tu pareja de vida y que eso era inevitable

-Alaia…-Me senté en la cama y baje la mirada hasta mis manos

-Vamos cuéntamelo entre nosotras no hay ningún secreto, lo sabes

-Lo que paso esque tuvimos una bronca muy fuerte por culpa de su posesividad, el me vio abrazada a un chico y pensó que…

-Lo estabas engañando

-Sí, entonces me llevo a la fuerza a su casa y…bueno me trato muy mal y me insulto

-¿No se atrevería a pegarte verdad?-Dijo Alaia oscureciendo su mirada con rabia

-No, pero me hablo muy mal y yo no quiero eso, no quiero nadie que me controle tanto como lo hace ese hombre ni que se crea con derecho a hablarme de la forma en la que el lo hizo, Dareck ya es cosa del pasado, dejemos de hablar de el por favor, ahora lo importante es que tu estas aquí y estamos en fin de semana podremos hacer mil cosas juntas

-Está bien-Me sonrió-Pero en cuanto lo vea pienso cortarle los huevos-Dijo haciéndonos reír a las dos.

Alaia y yo estuvimos poniéndonos al día sobre todas las cosas ocurridas en el tiempo que habíamos estado separadas, era increíble pero ella era como una medicina para mí, hacía que me olvidase de todo lo malo y siempre lograba sacarme una sonrisa. El tiempo pasó volando y el día se fue escureciendo para convertirse en noche, decidimos ir a cenar a un restaurante para celebrar la llegada de Alaia pero nos volvimos temprano ya que mi madre trabajaba ese sábado siguiente. Estuvimos hasta altas horas de la madrugada hablando, le prometí a Alaia que al día siguiente la iba a llevar a un sitio increíble que me habían enseñado.

Los rayos de sol entraban por la ventana, me gire para ver si Alaia ya estaba despierta y me sorprendió ver que no estaba, por un momento me asuste al pensar que todo había sido un sueño pero pude oír su voz y la música que provenía de la cocina. Baje y descubrí a Alaia cantando y bailando mientras hacía tortitas con chocolate

-Ey, por fin te has despertado dormilona, mira lo que he hecho-Señalo las tortitas recién salidas del fuego-Lo sé, soy la mejor

-Sin duda lo eres-Sonreí mientras me sentaba en la silla